Capitulo Uno

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Aún recuerdo aquel verano de 2010, cuando mi familia y yo nos mudamos aun barrio pijo de los ángeles,  demasiado exclusivo era aquel hotel recuerdo yo, no creía que nosotros estaríamos a la altura de aquellos ricachones de los huevos, nunca me he llevado demasiado bien con ellos por decir la verdad, nada bien, siempre me metía en algún lió por su culpa, ahora más que lo pienso era culpa mía, Simplemente no me aceptaban en su entorno. Al llegar a la casa, mi padre bajo del coche cogiendo las maletas, yo le copie haciendo lo mismo, al coger otro equipaje en la mano, mire hacía la casa de al lado asombrada...¡Era la famosa mansión! Ahí decían los rumores que vivía el hombre más rico del mundo entero y sobre todo de los Estados unidos, aunque, nunca se había visto con certeza quién era, unos decían que era un señor de pelo  blanco de noventa y pico de años, otros decían que no había ningún hombre, sin embargo, yo creía que era un gilipollas con muchas pasta,  después de observarla un rato,  entre en mi casa dejando la bolsa en el medio del pasillo, mi señor padre se acerco a mí y me dijo con un tono serio, que era bastante preocupante:


-No quiero que te acerques a esa gran mansión ¿me oyes? Dicen que es muy peligrosa el hombre que está dentro no se... Estaba cansada de oír rumores sobre ese hombre, volteé los ojos e intente interrumpirle con algo.


-Papa...solo son rumores, no me creo nada de eso. El me sonrió, estaba dispuesta a entrar en esa casa me entraba demasiada curiosidad ver quien era quien era aquel ser tan extraño, o al que la gente querría ver, mi padre acarició mi mano mirándome con cara de sobreprotector.


- Si te pasaría algo moriría y eres mi hija. Era demasiado protector, yo no era de las típicas chicas que obedecía a su padre, desde que mi madre murió,  andaba muy mal, la vida cambió de repente para mi, mientras que pensaba en esas cosas, el hombre que estaba en frente mío me decía cosas que apenas entendía, solo asentía y trataba de escapar de aquella conversación tan estúpida. 


-Si...Papa voy al salón...Estoy algo febril. Me excuse rápidamente cuando pude dirigiéndome a la sala,  desde el salón podía ver la casa o más bien la mansión asombrosa de mi vecino, las luces parecían apagadas como si no hubiera nadie en ese sitio, entonces, se me presento la oportunidad de entrar, así que me levante y Salí corriendo de aquella casa que la odiaba con todas mis fuerzas.


Era más de media noche y seguía observando la mansión, no tenía nada, ni si quiera unos tristes seguratas, realmente estaban protegiéndola en la habitación de aquel ricachón, con algo de miedo entre en la mansión,  trepando aquella gran puerta que parecía imposible trepar, en cuanto caí al suelo, la alarma comenzó a sonar, siendo una chica estúpida y sin saber que la puerta estaba abierta, cogí una piedra de estatura media echándola contra la ventana entrando seguidamente a un salón que se parecía mucho al de la película anastasia, espacioso y muy antiguo, los vecinos chismosos tenían razón sería un viejo de noventa años, así que me di la vuelta para marcharme hasta que de repente escuche una voz de un hombre que no parecía tener noventa años.


Continuara...

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⏰ Última actualización: Apr 21, 2015 ⏰

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El gran LeonardoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora