Extra 1

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Advertencia: Este capítulo contiene sexual para mayores de edad, si este tipo de contenido puede resultarte incómodo abstente de leerlo ya que no afecta en nada a la trama, si deseas leerlo será bajo tu responsabilidad y no la mía.

Estaba nervioso, era la primera noche juntos como marido y mujer en su luna de miel. Si bien, ya ambos habían tenido sexo con sus anteriores parejas, tenerlo entre ellos era algo que no habían hecho, y estaba ansioso por probar la piel de Kacchan y escucharla gemir mi nombre.

Estaba acostado leyendo para despejar los nervios que se acentuaban en mi sistema, siendo consciente de que esta sería la primera vez juntos y quería que fuera más especial de lo que ya era.

Cuando mi esposa salió del baño y la vi tuve que inhalar y exhalar para controlar el latir desbocado de mi corazón.

— ¿Me veo bien? — pregunto coqueta, posando para él un traje de lencería rojo con negro, sus labios estaban pintados con gloos rojo y sus ojos delineados, sus piernas eran enfundadas por unas delgadas medias de red y una liga se sujetaba eróticamente a la mitad de su muslo izquierdo — ¿Y bien? — susurro, caminando hacia la cama y gatear sobre esta hasta estar sobre mi.

Trago pesado, sintiendo los dedos de Katsuki pasearse por mi camisa e ir soltando poco a poco cada botón — Te vez preciosa — respondí con voz ahogada, sintiendo las palmas de Katsuki pasar por mi pecho cuando desabotono la camisa, sin despegar mi mirada de mi mujer.

Ella acercó su rostro a mi cuello, susurrando sobre mi piel sensible — Desvístete, Izuku. Tu esposa está esperando por ser complacida.

Una ronda de besos fue dejaba sobre mi cuello, haciéndome gruñir. Pose mis manos sobre los muslos blancos de mi esposa, jalando la liga de la izquierda y dejándola caer sobre su piel, escuchándola gemir. Mis manos fueron subieron más mientras sentía mordidas en mi hombro y clavícula, acaricie con suavidad la carne de sus glúteos y de los costados, apretando en intervalos cortos.

Pronto invertí las posiciones, dejando a Katsuki debajo de mi, sostuve sus caderas con fuerza y los brazos de ella se entrelazaron tras mi cuello. Me termine de deshacer de la camisa y solté mi pantalón, suspirando. Deshice a Kacchan de la parte posterior de la lencería para dejar sus pechos a mi vista.

— Que linda vista — confesé lamiendo mis labios, saqué el cinturón de mi pantalón y lo utilice para atarlo al cuello de Kacchan

— Maldito fetichista

— ¿Te molesta? — pregunte serio acariciando su cuello con mi mano, rozando cerca de su oreja con mi pulgar

— No — dijo, sintiendo cuando trago saliva.

Sonreí — perfecto — termine de despojar cada prenda de su piel hasta dejarla completamente desnuda frente a mi.

Empecé a dejar besos sobre su mejilla, bajando por su cuello, clavícula y parando sobre sus senos, lamí la zona alrededor del pezón humedeciéndolo y chupando los erectos pezones. Sentirla estremecer bajo mi tacto me hace sentir que estoy tocando un ángel, y por la forma en que se retuerce siento que es la primera vez que alguien le dedica tanto atención a su placer.

Seguí bajando y dejando un reguero de besos en el proceso, pasando por su barriga, el vientre y besando la cara interna de sus muslos, suspiré a propósito sobre su intimidad.

Gimió — Izuku, por favor… — suplicó. Tome el extremo de la correa atada a su cuello y le di una ligera jalada haciéndola quejarse —. Izuku

— Déjame amar cada rincón de tu cuerpo, Kacchan — replique sin dejarla hablar, abriendo sus piernas para ver el paraíso contraerse. Me resistí a mi impulso de querer lamer, Chupar y morder su intimidad y seguí besando la piel de sus piernas, acariciando suavemente todo tramo de piel que alcanzaba.
Por último, bese la planta de sus pies y la mire a los ojos con intensidad — Soy todo tuyo, Kacchan — sincere.

— Déjame amarte, Deku — pidió. Me acerque a ella e hice que enrollara sus piernas en mi cintura y la impulse para que quedara sentada sobre mi, rozando su intimidad desnuda y húmeda en mis pantalones.

— Puedes hacer conmigo lo que quieras — tras mis palabras no perdió tiempo para lanzarme de espaldas a la cama y deshacerse de mis pantalones y bóxer, besando mis caderas y tomando mi erección entre sus manos, masturbándome lentamente.

Gemí cuando su lengua lamio la punta hasta la base, chupando poco a poco y enloqueciéndome. Podría correrme ahora, pero no quiero sin antes hacerlo ella — Katsuki, ven aquí — ordene, ella me obedeció de inmediato y se posicionó sobre mi, con su humedad sobre mi cara.

Cuando ella volvió a Chupar mi pene acerque mi boca a su vagina, lamiendo sus labios vaginales y haciendo presión con la lengua en el clítoris, escuchándola jadear y sintiendo las vibraciones en mi pene. Ella soltó mi pene un poco después, gimiendo en voz alta y temblado, dejándose caer después sobre mi para tomar aire.

Cuando se había repuesto un poco nos acomodamos de nuevo en la cama, cuyas sábanas habían acabado en el piso hace ya un par de minutos.

— ¿Estas lista? — pregunté sobre ella.

Asintió — Solo hazlo — susurro decidida, abriendo sus piernas y colocándolas en mis caderas.

Exhale lentamente, tomando mi erección para colocar la punta en su entrada, abriéndome paso en ella cuidadosamente. Entre completamente en ella, así como sus uñas en mi espalda, sentí su calor y la escuche gemir mi nombre, también sentí gotas de mi sangre bajar por mi espalda y sus uñas arañar.

Gruñí empezando a moverme, entrando y saliendo con rapidez, sosteniendo su cintura entre mis manos y besando y mordiendo su hombro mientras ella solo gemía en mi oído gozosa, deje su hombro en paz para dirigir mis labios a los suyos y unirlos de manera desesperada.

— Te amo, Katsuki, joder te amo tanto — confesé estando cerca de correrme, su interior me empieza a apretar y supe que también estaba cerca. Acerque mi mano derecha a su intimidad y empecé a masajear su clítoris para estimularla.

— ¡Izuku! ¡Izuku! — gimió —, ¡estoy…! — justo en ese momento, su voz se corta ante su segundo orgasmo, y seguido de ella, llega el mío, corriéndome dentro y llenándola de mi esencia.

Respiramos agitados por un rato, salgo de ella con lentitud y veo mi semen saliendo victorioso para manchar sus muslos. Me recuesto a su lado y la atraigo hacia mi para abrazarla, soltando la correa de su cuello y sobando la zona enrojecida.

— También te amo, Izuku — contestó, la mire sorprendido, creí que no había escuchado mi declaración por la nube de excitación sobre nosotros.

Sus brazos me acunaron desde la cintura y repartió besos en mi pecho, y me sentí tan complacido con las muestras de cariño que me sentí como un niño comiendo pastel. Nos envolví a ambos con la cobija más gruesa que había y nos acurrucamos, sintiéndonos llenos.

Y esto solo era el inicio de mi felicidad.

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⏰ Última actualización: May 14, 2022 ⏰

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