Capítulo I: Encuentro

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—¡Barco a la vista!

El mismo grito se escuchó en dos embarcaciones diferentes.

Por un lado, estaba Stede Bonnet, el Pirata Caballero y por el otro, Barbanegra, quien no necesitaba introducción.

Oluwande fue el encargado de avisarle a su capitán del avistamiento del navío. Esperaba que en esa ocasión si decidiera quedarse con ese barco, ya que El Venganza II parecía más un barquito de vela, que un barco como se debía.

—¿Los vamos a atacar, capitán? —preguntó.

—¡Por supuesto! —respondió Stede, con ese tono jovial y alegre que lo caracterizaba.

—¿Los vamos a matar a todos? —quiso saber Black Pete.

—¿Nos los podemos comer? —preguntó Buttons.

Stede volteó a verlos, escandalizado, aunque no debería extrañarle preguntaran esas cosas, ya que lo hacían siempre.

—Por supuesto que no, no vamos a matar a nadie —dirigió su mirada a Black Pete y luego a Buttons—, y menos nos vamos a comer a alguien. Los atacaremos con gracia y elegancia, como si estuviéramos en Francia.

Toda la tripulación frunció el entrecejo al escuchar las palabras de su capitán.

—Eso sonó muy raro —dijo Roach.

—Yo diría que parecido —opinó el Sueco.

Stede los miró con una sonrisa.

—Eso es porque fue una rima —explicó—. Una rima es cuando usas palabras… —Oluwande lo interrumpió, aclarándose la garganta. Stede volteó a verlo y asintió en repetidas ocasiones—. Sí, sí. No es el momento para una clase; lo veremos después del atraco.

—¿Esta vez si nos quedaremos con el barco? —preguntó Black Pete.

Stede frunció el entrecejo.

—¿Hay algo de malo con este?

—¿Aparte de que apenas cabemos todos? Yo diría que si, capitán —le respondió Oluwande.

Resoplando, Stede levantó las manos.

—Si se presenta la oportunidad, lo haremos, pero de manera civilizada, ¿entendido?.

—Si, capitán —respondieron todos en el mismo tono monótono, como niños en la escuela.

Dado que se acercaban por uno de los flancos del barco y el propio era más pequeño de lo normal, no les fue posible ver al otro navío que también iba con las mismas intenciones que ellos, aunque con diferente idea de lo que harían.

—¿Sin testigos? —preguntó Izzy, demasiado lleno de sí mismo, viendo como su capitán ya había regresado por completo a ser lo que era.

—Sin testigos —respondió Barbanegra, sin expresión alguna, observando su objetivo.

Jim y Frenchie se observaron un momento entre ellos. No estaban ahí exactamente por gusto y habían intentado no matar a tanta gente como Izzy. No lo podían negar y extrañaban su tiempo con el raro de Stede Bonnet, que aunque había sido un pésimo pirata, de alguna extraña manera les había dado un hogar. O algo parecido a eso.

—¡Ya escucharon al capitán! —gritó Izzy—. No debe quedar nadie con vida.

Hubo una exclamación de alegría por parte de la mayoría a la indicación.

Conforme se acercaban, Izzy perdía la cabeza y gritaba con más ganas. Él siempre era el que lideraba los asaltos, mientras que el capitán permanencia en cubierta o se quedaba en su solitario camarote. Frenchie y Jim, que no eran de meterse en lo que no les importaba, habían notado que, si bien Barbanegra seguía siendo imponente y era mejor no hacerlo enojar, su soledad era más notoria que antes.

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⏰ Última actualización: May 08, 2022 ⏰

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