Historia juvenil

Un nuevo inicio

Hoy es un mañana como cualquier otra, pero me he levantado diferente. Yo lo siento en todo mi sistema, algo ha cambiado, no sé lo que es, pero algo está por venir. Me pregunto si será bueno o malo y yo mismo me respondo , "lo sabrás muy pronto, solo tú eres capaz de saber eso..."
Jamás había escuchado esa voz. ¿Será que me volví loco?
En ese momento escucho a mi madre y recuerdo que debo acudir a mi primer día de clases en la preparatoria.
Corro apurado dándome cuenta que ya es tarde y apenas tengo tiempo de arreglarme, tomar el desayuno y salir en dirección al colegio, por supuesto -como todo buen adolescente- sin olvidarme de lo más preciado que tengo: ¡mi teléfono celular!
Mientras, camino por la calle hasta llegar a la parada del autobús, el cual me llevara a la que será mi escuela por los siguientes 3 años.
Ya arriba del transporte miro un asiento libre al cual me dirijo y en el cual me siento. Poco después me doy cuenta que ya va en camino, en ese momento pongo mi música preferida para escucharla por los audífonos mientras me pregunto: "¿Cómo será mi salón? ¿Cómo serán mis profesores? ¿Cómo serán mis compañeros? ".
Y repentinamente de nuevo la voz en mi interior me dice que también habrá "compañeras"... y yo solo sonrío...
No es que sea lo que más importe de la escuela, se que lo más importante es enfocarme en mis estudios, pero aún así no niego que sí me da curiosidad saber si habrá chicas lindas... ¿Cómo serán? ¿Cómo se llamarán?...
A pesar de todo quiero evitar distracciones... Las chicas lindas siempre han logrado que me desubique y olvide todo. Aunque, no estaría mal un noviazgo como los de antes, divertido en el cual nadie salga herido. Tal vez platicar, darnos un tierno beso mientras nos sonrojamos y el sudor en nuestras manos entrelazadas delaten nuestros nervios...
En fin... esto es historia...Ya no estoy en secundaria y aunque aun pienso en ellas ahora yo soy otra persona... Me siento extraño...
He llegado a mi destino.

Bajo entusiasmado y veo a un montón de chicos y chicas. Todos diferentes, pero con un mismo fin, estudiar.
Busco entre mi mochila vacía mi credencial horario y mapa del colegio pues no quiero cometer errores.
Todos empiezan a entrar y se dirigen a la plaza principal donde se encuentran los docentes y el director quienes nos dan una cálida bienvenida.
Este último es un viejo chisto y se ve algo amargado y poco flexible a simple vista. Los alumnos más grandes lo ignoran. Solo los de primer semestre escuchamos atentos algunos de sus balbuceos y después de 30 minutos de puro cuento al fin dijo -"¡Buena suerte! Ya pueden pasar a su respectivo salón!"

Todos aliviados se empezaron a disperse para todos lados y creo que yo debería hacer lo mismo...