Vacío

1.4K 56 29
                                    






-No me importa.
Haz lo que quieras con él.







Ibara no se inmutó al escuchar lo que su más fuerte guerrero le había pedido.
Permaneció sentado en su trono de piedra fina y pulida, decorada con las más bonitas y brillantes piedras mientras recibía un masaje en los hombros y tenía sentada a una linda Omega claramente incómoda en su regazo, otras hermosas chicas a su alrededor estaban abanicandolo y sosteniendo una bandeja de plata para alimentarlo.



Mozu sonrió descaradamente ante la respuesta del hombre.
Sabía perfectamente que no le negaría la oportunidad de hacer lo que quisiera con el lindo omega que había llegado a causar tantos problemas a su perfecta isla.





- Muchas gracias señor Ibara.






El alfa inclino suavemente la cabeza en señal de falso respeto.
Escucho la sonrisa burlona y cruel del hombre y se divirtió de ver cómo tocaba sin vergüenza el cuerpo de la pobre chica que tenía entre las piernas.









- Solo asegúrate de domesticarlo bien.
Esa pequeña perra de verdad que ha sido un dolor de cabeza, me hubiese encantado matarlo...








El alfa de ojos oscuros acarició con sus garras negras y filosas la suave cabellera de una jovencita de lindos ojos verdes que tenía a lado de él, la chica gimió tristemente y podía verse su rostro completamente aterrado.
Mozu amo por completo esa expresión.
Ha, era todo un deleite ver a esas lindas chicas llorar de miedo y verse tan pequeñas y frágiles.
Le provocaba ganas de follarselas fuertemente hasta arruinarlas, pero está vez debía de pensar primero con el cerebro.







- Entonces sin nada más que decir, me retiro señor.







Mozu hizo una reverencia y se giró con la intención de salir de la habitación de ibara.








- Espero y me traigas buenas noticias en unas semanas.






Fue lo único que dijo el alfa de ojos negros antes de sonreír asquerosamente mientras dejaba que las aterradas chicas a su lado le tratarán de la mejor manera.










....





Senku estaba acostado en un bonito y gran nido perfumado dentro de una habitación completamente asegurada.
Se sentía débil y tenía mucho calor, su respiración era superficial y pequeños gemidos escapaban de sus bonitos labios rosas.




Había entrado en celo hace un día y estaba tan enojado por sentir el deseo de ser llenado por una polla alfa.
El sudor le bajaba por la frente y apretó las piernas para ocultar la pequeña erección que tenía, la mancha ya había ensuciado sus muslos gordos y quería quitarse desesperadamente la bata de seda color rosa transparente que estaba vistiendo y que parecía estarle quemando la piel.






Al principio no entendió que estaba pasando.
Unas jóvenes chicas le sacaron de su celda cuando estaba en su precalentamiento y rápidamente le bañaron, perfumaron y después le vistieron con lencería suave.
Intentó resistirse pero ni siquiera podía ponerse en pie correctamente, hizo preguntas pero ninguna de las chicas le respondió, solo escucho uno que otro "lo siento" para al final terminar encerrado en una habitación grande.













Habían pasado 4 meses desde que fracasaron absolutamente al intentar derrotar a ibara y obtener la medusa.
Mozu les había atrapado en la cueva en donde estaban escondidos y Taiju no pudo ni siquiera hacerle frente al fuerte alfa de cabello castaño.
Intentaron negociar con él pero no les dió la oportunidad, habían petrificado a kohaku y Ginrou y todo se había visto arruinado.
Mozu los derrotó sin el más mínimo signo de cansancio, Ryuusui y Taiju intentaron protegerlo pero fallaron.
Al final todos habían sido capturados y fueron puestos a disposición de ibara y sus hombres.
Senku se sintió tan impotente en esos momentos, no pudo hacer nada, todo se derrumbó frente a sus ojos y se sintió terriblemente culpable por haber arrastrado a sus amigos con él.
Les golpearon, los humillaron y después los encerraron, observó con lágrimas en los ojos como petrificaron a Ryuusui, Kinrou y a Nikki para después tirarlos en una pequeña zanja dentro del bosque en dónde pudo escuchar perfectamente como se rompieron, la jaula donde estaban homura y Hyouga solo fue arrojada a las costas del mar en dónde no había demasiada profundidad.
En esos momentos sintió que su mundo se venía completamente abajo y no pudo evitar odiarse a si mismo por no haber podido hacer absolutamente nada.







No Llores (Dr. Stone)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora