La infancia que compartieron no fue lo que una niña hubiera deseado.
Entre el dolor y humillación de la que no fueron cocientes la único que las mantuvo vivas fue la promesa que las unía. No importaba lo que pasara, no importaba lo que deparaba el f...
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"HA HACER MAGIA Y UN NUEVO MUNDO CON LAS PALABRAS"
CAPITULO 1
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***RIN***
Desde que nuestros pies pudieran sostenernos y un poco de conciencia podía albergar algún recuerdo, en alguna parte de mi mente conservo aun la mirada triste de mi madre, aquellos ojos azules que herede de ella, quien me acunaba entre sus brazos, arrullándome con una nana que me hubiera gustado grabar.
Pero nada de aquello me importaba en ese momento ni me importaría después porque lo único que pudo sostenerme en aquella infancia tan desalmada que no desearía para nadie fueron las manos y la promesa que nos hicimos las dos...
—Rin...— me movieron —Rin despierta— otra vez el mismo movimiento —Rin despierta ya o llegaras tarde a la graduación— aquella hermosa y melodiosa voz la reconocería donde sea aunque me estuviera ahogando, era mi dulce prima Miku
—Solo un minuto más— tape todo mi cuerpo hasta la cabeza con las sanabas
—Nada de eso! — grito molesta — siempre dices lo mismo y nunca cumples, voy a llegar tarde yo también si no te levantas ya! — arrebato las sabanas que me cubrían del maldito sol
—Dios me quemo!!!— dramatice
—Ni que fueras un vampiro— suspiro —aunque lo estoy re pensando, tu vida nocturna me sorprende más la que pueda tener un verdadero vampiro—
Parada a un lado de mi cama se encontraba ella pulcramente vestida con el uniforme planchado, y su cabello muy bien peinado, si no la conociera pensaría como todos, ella pasaba perfectamente como la chica modelo que todo padre desea tener.
—Mira quién habla, fuiste tú quien desapareció hace una semana por tres días seguidos— bostece
—Por lo menos yo desaparezco solo tres días, tu lo haces por semanas— tiro las sabanas sobre mi —Rin deja de perder el tiempo, cada día resulta más difícil despertarte—
—Lo s, lo sé— no quería que se enojara mas —pero mi cuerpo es así no es mi culpa—
—Déjate de idioteces y alístate ya—
—Aun me amas— le recordé con una sonrisa antes que saliera de mi habitación
—Te amo más que mi vida— al fin la hice sonreír
Sin perder más tiempo gatee hasta el baño, una ducha seria adecuada ahora pero una muy rápida si no quería hacer enojar mucho mas a Miku, era un amor y diversión verla poner su entrecejo arrugado pero la amaba más con una sonrisa.
Bueno debía de dejar de comportarme como una cría, ya no lo éramos, aunque antes tampoco lo fuimos, en realidad nunca lo fuimos. Los días como estudiante de secundaria habían acabado al fin y ahora yo mi querida primita estábamos por comenzar el instituto. Así que hoy teníamos la graduación.
