HETEROFOBIA.

Capitulo 5.

Capítulo 5.

"Emma"su madre seguía insistiendo.

La chica abrió el grifo del agua y se mojó la mano, se limpió la frente.
Muchas lagrimas caían hasta llegar a sus mejillas.
Era muy difícil quitarse el plumón de la frente, se talló mucho y no se quitaba.

Pensamientos suicidas pasaban cada segundo en su mente.

-Metió sus pies a la bañera que hace minutos atrás había abierto el grifo de esta, ya estaba llena como para taparle solo los tobillos.-

Seguía limpiando su frente pero era en vano, no se quitaba.

-Agarró un pequeño cuchillo y subió la manga de su playera-

Su frente estaba completamente negra, la tinta corrida se notaba mucho.
Su madre, afuera de su habitación empezaba a preocuparse, cada vez golpeaba más fuerte la puerta tratando de entrar.

-Ya en la bañera con el cuchillo en la mano puso la punta de este en el inicio de su muñeca y lo deslizó hasta llegar a la mitad de su brazo, la sangre caía en la bañera, agua con espuma y sangre-

Su madre llamo a su esposa, angustiadas, golpeaban la puerta lo más fuerte posible.
Cada que veía su frente en el espejo su cuerpo se llenaba mas de rabia y mas lagrimas salían.

-El agua de la bañera estaba completamente roja-

Mensajes aún llegaban a su celular.

*Muérete*

*Nadie te quiere*

*Suicidate de una vez*

*Muérete marica*

-Sangre salpicaba en el agua cada segundo-

-Sus ojos estaban muy rojos e hinchados-

-Sus madres abrieron la puerta de su habitación y entraron corriendo-

"¡OH DIOS MIO!"

-Su madre la saco de la bañera-

-En este momento se arrepentían de haber hablado mal de su propia hija, ya no podían hacer nada. Se lamentaban entre si una y otra vez.-

"Emma, cariño, perdóname por todo lo que te dije. Te amo mucho princesa, me arrepiento, si solo te hubiera aceptado tal y como eres esto no pasaría"

-Las dos estaban sentadas en el baño con Emma en brazos.
Ella escuchó todo lo que su madre le dijo. Antes de quedar inconsciente escucho la voz de sus madres-

"Llama a una ambulancia"

"Esta mejor así, ya no tendremos problemas con ella, deja que descanse. No hay que hacer nada al respecto, no quiero una hija hetero"esa definitivamente era Sara.

"¡¿Estas loca?! Es nuestra hija!"

Fue lo ultimo que escucho.
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Abrió los ojos y lo primero que vio fueron las paredes blancas, miró a su alrededor y todo era blanco.

•Que color tan aburrido•

Una enfermera entró con una bandeja llena de comida.

"Señorita Well, que bueno que despertó, tiene muy preocupada a su mamá"

•¿Mi mamá? ¿Preocupada?•

La ignore mirando hacía otro lado "inspeccionando" la habitación.

La enfermera se acercó a ella con la bandeja en las manos. La dejo en la mesa junto a la camilla.

"Disculpe.. ¿Usted sabe como es que llegue aquí? ¿Que me paso para estar aquí?"

Emma trató de recordar lo que paso. Montones de pensamientos suicidas atormentaron su mente.

"Será mejor que avise a su madre que despertó, ella podría explicarle todo"mencionó antes de salir de la habitación.

Minutos después la puerta se abrió sobresaltando a la chica, su mirada fue directo a la puerta.
Su madre entro, ella trato de ignorarla.

"Emma, cariño ¿como te sientes?"

No respondió.

"¿Emma?"

"Como si te importara"su mirada estaba en sus brazos que descansaban en su estomago. Una pequeña aguja en su parte media del brazo y.... Cortes medios en su muñeca.

"Emma, eres mi hija claro que me importas"

Volvió a ignorarla.

"¿Porque estoy aquí? ¿Que me paso?"

Su madre suspiro.

"Ayer, que llegaste a casa. Después de la pelea que tuve con tu madre.. Trate de abrir la puerta de tu habitación. Pero no pude, no me abrías. Me empezaba a preocupar, al final abrí la puerta con ayuda de tu madre"

"Fuimos hacía el baño y te encontramos sentada cerca de la bañera, con un pequeño cuchillo en tus manos y un bote de pastillas para dormir a un lado tuyo. Habías hecho unos cortes en tu muñeca, lo que hizo que quedaras inconsciente fueron las pastillas. No tomaste tantas si no pudiste haber quedado en coma"lágrimas recorrían sus mejillas.

"Al llegar nosotras tu ya estabas inconsciente"

Y entonces fue cuando Emma recordó todo. La pelea, su frente, los mensajes de odio, el cuchillo, las pastillas.
¿Y esos pensamientos suicidas que tuvo? En sus pensamientos ella se suicidaba. Eso no paso en realidad, ella nunca se corto de su muñeca a la mitad de su brazo, nunca había estado en la bañera con el agua llena de sangre.
Fueron sólo "alucinaciones" de ella suicidándose. Rogaba para que eso no le volviera a pasar, se sentía tan real.

Su mamá dijo que cuando ellas llegaron al baño Emma estaba inconsciente.
Pero ella oyó algo después de que ellas llegaran.

-Llama a una ambulancia-

-Esta mejor así, ya no tendremos problemas con ella, deja que descanse. No hay que hacer nada al respecto, no quiero una hija hetero-

"Madre, cuando ustedes llegaron yo aún estaba consciente, escuche lo que mamá Sara dijo"

La miró muy preocupada.

"Esta mejor así, ya no tendremos problemas con ella, deja que descanse. No hay que hacer nada al respecto, no quiero una hija hetero"repitió.

"Emma, corazón..."la interrumpió.

"Cambiare mamá, para que me quieran de nuevo"

"No cariño.."su madre ya estaba en un mar de lagrimas.

"Lo prometo"

En ese momento el doctor entró y vio a Emma con los ojos abiertos.

"Emma, ¿como te sientes? Tomaste una gran cantidad de pastillas, pero no las suficientes para llegar a estar en coma"

"Me siento... Bien"trató de sonreír.

"Genial, tratamos de absorber los restos de pastillas de tu estómago y creo que lo logramos"sonrío.

"Ahora tengo que irme, dentro de unas horas te daremos de alta"salió por la puerta.

"Cariño, tienes que comer"acercó la bandeja a sus piernas.

"No tengo hambre"

"Vamos, nos has comido en mas de 20 horas"

"Quiero estar sola"

"Tienes que comer"

"Comeré si te vas y me dejas sola por varias horas"

Se paro de su asiento y fue hacía la puerta, la abrió y antes de salir volteó a ver a su hija le sonrió sin mostrar los dientes salió y cerro la puerta.

La chica agarro con su mano la cuchara y revolvió la comida. La verdad es que no tenia nada de hambre, estaba tan concentrada en cambiar para ser aceptada en su familia, y en la escuela tal vez.

Ella prometió cambiar. ¿Podrá hacerlo?.
Esa pregunta vagaba una y otra vez en su mente.

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