Capítulo 2: Consecuencias y dolor

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- Ven conmigo y te enseñaré todo lo que yo sé.- le propuso Stain a Midoriya.

El joven había quedado desconcertado ante la pregunta: ¡El asesino de héroes quería que se convirtiera en su aprendiz! Midoriya habría dicho que no, pero parecía que Stain era la única persona en este mundo que creía que él podría ser visto como algo más que un niño inútil y sin peculiaridades aparte de su madre.

Midoriya luego recordó todo el acoso y su conversación con All Might.

- Lo haré.- le respondió con confianza.

Stain estaba abrumado por el entusiasmo y la alegría, pero antes de que pudiera decir algo más, Midoriya volvió a hablar:

- Pero tengo algunas reglas:
1. Inko Midoriya, mi madre, se mantiene al margen por completo.
2. Quiero vivir contigo. No puedo ir a casa... ya no... es mejor si la gente piensa que estoy muerto, y
3. No mataré, sé que matas héroes, pero no voy a ser parte de eso.- Dijo el joven.

Stain entendía las condiciones excepto la final, pero sabía que en el fondo Midoriya anhelaba ser un héroe, incluso si estaba dispuesto a pasarse al otro lado.

- Bien, dejaré mis ideales en espera por ti, y tienes mi palabra de que tu madre se quedará sola.-  acabó diciendo el Mataheroes.

Stain estaba enojado porque tuvo que suspender la matanza de héroes, pero estaba ansioso por enseñarle a Midoriya sus costumbres y convertir a un niño que alguna vez estuvo asustado en algo más.

Por otro lado, Midoriya se sintió aliviado de que Stain estuviera dispuesto a suspender su cruzada por él.

- Está bien, salgamos de aquí.- dijo el joven, pero tan pronto como dijo esas palabras, se desmayó.

- Se desmayó debido al dolor en su brazo y la cantidad de adrenalina que bombeaba a través de su cuerpo. - pensó Stain- ¿¡Increíble?! ¿¡estuvimos hablando durante 30 minutos y justo ahora se desmaya!? Este chico realmente es especial.- siguió pensando, mientras recogía a Midoriya y lo llevaba a uno de sus escondites.

A la mañana siguiente

Inko se despertó y decidió cocinar y llevar la comida favorita de Izuku, Katsudon, a su cama. Cuando abrió la puerta, sus piernas se volvieron pesadas, dejando caer el plato. Corrió hacia la ventana y buscó por toda la habitación de su hijo con la esperanza de que hubiera una señal de que se había ido temprano por la mañana al colegio o al centro comercial.

Inko quería saber dónde se encontraba su hijo o si le había pasado algo, hasta que encontró su respuesta en forma de nota. Inko la leyó, y pudo sentir que se volvía más pesada con cada palabra que leía hasta que finalmente colapsó en el suelo, llorando y aferrándose a dicha nota. Se preguntaba por qué lo había hecho y empezó a dudar de sí misma, si había fracasado como madre. Inko apenas logró bajar al teléfono mientras llamaba a la policía.

Mientras la madre estaba sentada en su casa, envuelta en la manta de seguridad que le dio la policía, le dieron la noticia de que no había ningún cuerpo en la dirección indicada en la nota, pero los zapatos de Midoriya se encontraron en la azotea.

- Creemos que pudo haber ido a un techo más alto o, en el mejor de los casos, saltó y aterrizó en algo que amortiguó su caída y finalmente decidió huir de casa en lugar de, bueno, ya sabe.- dijo el detective.

Ambos escenarios eran malos, pero al menos uno su hijo estaba vivo. Un pequeño rayo de esperanza se encendió dentro de su corazón con esa esperanza.

Deku: the quirkless villain (Deku: el villano sin peculiaridades) ESPAÑOLDonde viven las historias. Descúbrelo ahora