Extra

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— ¡Byulie!

La antes mencionada alfa apareció en la puerta al escuchar el grito desesperado de Yongsun. Sonrío viendo como esta cargaba entre sus brazos al pequeño Wonho de tan solo diez meses.

Sí, se habían convertido en madres. Todo gracias a Yongsun y su rutina, por supuesto. Resulta que aquella vez donde Byul empezó a sentirse "diferente" estaba en el cierto, fue tanta su angustia que terminó visitando a un médico, quien le confirmo lo que ya sospechaba de un inicio, estaba embarazada.

Esa misma noche fue a darle la noticia a Yongsun; su adorable alfa casi se desmaya de la emoción.

[...]

— ¿Qué nosotras qué? — había preguntado la pelinegra desconcertada, mirando con atención a la menor.

— Sunnie, vamos a ser madres — repitió Byul, empezando a sollozar.

— ¿Tú y yo... bebé?

— Sí, Sunnie — asistió rápidamente, envolviendo en un abrazo a su alfa.

Como era de esperarse Yongsun no dejó de llorar hasta el día siguiente; aún cuando Byul la intentó calmar, la mayor seguía murmurando palabras incomprensibles. No fue hasta que expuso su vientre que Yong se calmó.

Conclusión: Si Yongsun no veía su vientre, empezaba a llorar peor que un recién nacido.

Desde aquel día, Yongsun no dejó sola ni por un segundo a la rubia, claro, exceptuando las horas que trabajaban. Aún así Yongsun seguía siendo muy apegada a su alfa, si Byul quería ir al supermercado, iban juntas; si Byul quería bañarse, Yong la ayudaba.

La segunda vez que Yongsun casi de desmaya fue cuando tuvieron la visita al médico para ver el avance y salud de su bebé.

— Felicidades, van a tener mellizos.

[...]

— ¡Byulie! — repitió la pelinegra, viendo cómo Byul se había quedado absorta en sus pensamientos.

— ¿Qué pasa? — preguntó ella, acercándose.

— Wonho no quiere soltarme — explicó Yong en voz baja, un puchero formándose en sus labios.

El pequeño Wonho se mantenía aferrado a su mami Yongsun como si su vida dependiera de eso; aquello le produjo mucha ternura a Byul.

— Aww mis adorables conejitos — arrulló la menor dándole un sonoro beso a cada uno.

De pronto se escuchó unos suaves golpes provenientes de la cuna; la pequeña Wheein se había despertado de su siesta y empezaba a quejarse de no haber recibido cariño como su hermano.

— Mi Wheeinie.

Byul la tomó en brazos y empezó a llenarla de besos, lo que finalmente la puso contenta.

Tal vez no eran la familia convencional, pero eran felices, muy felices.

Tal vez no eran la familia convencional, pero eran felices, muy felices

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Can I hug you? [Moonsun]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora