MotleyBot's

Prologo (segunda parte)

Incandescentes destellos emergieron hasta estallar, y entre aquella explosión, la verdadera apariencia de los robots se reveló, ocasionando que las gradas se inunden de gritos y porras. Caparazones morados tenía por zapatos, de las desgastadas mangas de la fúnebre y negra túnica sobresalían un par de pálidas y huesudas manos respectivamente, con las que empleaba una refinada guadaña, con un mango oscuro, decorada con una larga cinta violeta, entre la anilla y el talón de la herramienta, se lograba apreciar un inusual disco, en medio de la cuchilla tenía tres orificios del mismo tamaño; pero el cambio más notorio se encontraba en su nuevo cráneo, el cual estaba cubierto por una lúgubre capucha que le llegaba hasta los hombros, dicha calavera contaba ahora con un afilado y blanco mentón, de donde resaltaban dos diminutos cuernos, asimismo exhibía con orgullo, dos únicos caninos superiores en su dentadura; cercanas a las inquietantes cuencas entre cerradas, se encontraban los diminutos orificios nasales, las antes redondas cigomas adoptaron una fisonomía puntiaguda de igual forma que el hueso frontal de la tétrica calaca, en donde predominaban dos gruesos y filosos cuernos pálidos.

Levemente inclino su dorso hacia atrás y extendió hacia adelante el brazo derecho, de igual modo su mano izquierda sostenía el mango de su arma, mientras que esta reposaba detrás de sus hombros, y con la cabeza en alto miró al oponente muy seguro de sí. Estas eran las características que presentaba el grotesco motleybot de Maximilian McCracken.

Por el otro lado; ahora erguido, se encontraba la majestuosa botarga de su adversario asiático: Ostentaba de tres protuberantes cuernos anillados, uno en cada lado de la voluminosa cabeza roja del traje, y uno notoriamente más grande en la frente. Tenía orejas similares a las de su forma anterior, pero estas eran de mayor tamaño. Desde la nuca se extendía un manto rojo, que se dividía en varias capas, que terminaban con retoques felpudos de cabellos dorados, del mismo tono que el pelaje que recubría su feroz rostro, ojos bien abiertos de rojo y amarillento color, le otorgaban una mirada penetrante, presentaba una colorida e inusual nariz sobre su recio hocico, acompañado de fieros colmillos; el disfraz presentaba dos borlas relucientes en el pecho, y una cinta amarilla condecoraba el talle del distintivo vestuario chino que llevaba puesto; un par de aros amarillos y peludos resaltaban en cada brazo y en cada pierna; delicadas zapatillas negras de suelas y de medias blanquecinas contrastaban con las brutales y oscuras patas robustas que tenía por manos; éstas empuñaban un extenso bastón, con un patrón de líneas en diagonal hacia abajo de colores rojos y amarillos, en la punta se encontraba una goma verde y esta tenía un par de largos listones pegados a los costados; aquella punta sostenía una pesada perla brillante de gran tamaño y en el medio de ella lograba destacar un carácter chino, que al traducirse se leía: "Sabiduría". Ti Ti Ling con un dominio total en su arma, la hizo girar hacia adelante, alternándola entre sus extremidades, comenzando desde su lado derecho hasta el izquierdo para luego tras una flexión de rodillas regresar el bastón al costado derecho, pero esta vez con la perla apuntando a su adversario y con la mano izquierda en la punta del otro extremo logrando tomar así la ventaja de distancia larga.

—¡Buenos movimientos! Qué pena que contra mi... No te vayan a servir de nada —comentó McCracken, y sin detener las mofas se dirigió lentamente hacia el asiático, pero este ni se inmutó—. Tilín, tilín♪~ más te vale darme pelea, hasta el momento solo me he enfrentado a debiluchos. Pero... Si lograste llegar hasta acá... Me pregunto... ¡¿Cuánto podrás aguantar?! —McCracken se abalanza bruscamente contra su rival blandiendo su guadaña, y a tan solo unos centímetros de él...—: ¡LIMBO! —McCracken, desapareció de la arena en un abrir y cerrar de ojos.

"¡BUUUH!'' "¡COBARDE!" "¡PELEA COMO HOMBRE!" Aquellos abucheos resonaban desde las gradas por parte del público tras la acción del problemático rubio, más en cambio Ling continuo inmóvil por un breve instante, hasta que se permitió soltar un ligero suspiro. Pero en eso...