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- ¡Toni, cálmate!

Carlo y José trataban de retener al rubio mayor quien se retorcía, sus venas estaban marcadas, sus dientes llenos de la misma sangre al lastimarse, sus garras llenas del mismo líquido carmesí; Su habitación estaba hecha un desastre, había derribado la puerta de una sola patada.

La fuerza era tal que a pesar de tener a ambos chicos sosteniéndole, se movía con brusquedad, sus rojizos ojos estaban brillantes, llenos de furia y sed de solo una cosa; Matar.

-José, apártate. -Hablo tranquilo, mientras sus uñas crecían y sus ojos cambiaban de igual forma.

Al ver que todo era inútil, Carlo tomo con fuerza a su hermano estampándolo contra el suelo. Un crujido sonó por toda la sala, un quejido de dolor salió de los labios de su hermano mayor. Le había roto alguna que otra costilla para inmovilizarlo.

-Si no te calmas, te juro que voy a romperte todos los huesos hasta que vuelvas en ti. -Amenazo al mayor, quien solo le miro con agresividad.

Sin poder detenerlo se abalanzo contra su hermano, José se hizo a un lado, no era la primera vez que pasaba esto, las palabras lindas o cariños no funcionaban cuando algún alfa se salía de control; Lamentablemente se tenía que usar la fuerza y el dolor era lo único que traía de vuelta a aquel que perdiera el control.

Con agilidad el mayor de los Gambino, tomo al menor y lo lanzo dentro de la habitación donde se encontraba hace un rato, Carlo fue estampado contra la pared donde se escucharon crujidos de igual manera, Toni lo acorralo tomándolo del cuello, encajando sus garras en este, sacándole quejidos y gruñidos al más bajo.

Sin embargo el menor alejo de una patada al contrario, cuando estuvo en el suelo, lo tomo del cuello de igual forma, Toni estaba descontrolado totalmente, las venas y la cara se le deformaba de la rabia, ver a su hermano en ese estado le dolía, pero tenía que mantenerse estable para lograr calmarlo.

-Lo siento...-Apretó el cuello del mayor, dejándole sin aire para debilitarlo. -Pero tienes que volver en ti, Toni.

Le apretó hasta que el mayor se fue calmando poco a poco, hasta que sintió las fuerzas del mayor irse, dejo de apretar su cuello.

Toni se desmayó debajo de su hermano, quien al verlo en ese estado sintió el remordimiento en su ser.

Con una de sus manos acaricio la mejilla de su hermano, se agacho y le deposito un beso en la frente, para levantarse del suelo con su hermano en brazos; Lo coloco en su cama.

José se acercó y le dio leves palmadas para tratar de calmarlo, recordaba cuando Toni tuvo que hacer lo mismo con Carlo, solo así podían volver en sí.

- ¿Ya está?

Fedor entro en la habitación encontrándose con la escena. La habitación estaba destrozada, los rasguños estaban por doquier, sangre en el piso y paredes, misma de ambos hermanos. Carlo estaba lleno de heridas y rasguños, Toni no se quedaba atrás, al menos no tardarían mucho en curarse ellos mismos.

-José, tráeme un botiquín de primeros auxilios, por favor. -Carlo se sentó al lado de su hermano; El moreno salió rápidamente y volvió en menos de 5 minutos. -Y ahora déjenme a solas con mi hermano.

Ambos hombres sin decir nada, salieron de aquella habitación.

Al menos, el mayor de los Gambino no había hecho nada de lo que pudiera arrepentirse; Aun.

(...)

El automóvil que conducía Anya se estaciono en el despacho del abogado, quien los estaba esperando en la puerta; Salinas ya estaba avisado de lo que había pasado con Toni y por más que le rogo a Carlo que le dejara verlo, el menor de los Gambino le negó cualquier contacto. Al igual que el abogado estaba al tanto de la situación de Gustabo y los Gambino.

Divoratore      [Gustoni]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora