El campo estaba silencioso después de la lluvia que lo había mojado todo esos días.
Un pajarito emitió un suave trino que en el silencio, se escuchó estridente.
Ella estaba acostada en la cama mirando por la ventana las gotas de lluvia caer de las hojas de los árboles cuando su oído pudo captar un tintintineante ruido: era la campana de la puerta del negocio.
Bajó las escaleras con un ruido más crujiente de lo que debería hacer, ya que los escalones estaban muy viejos y desgastados.
El negocio era bastante oscuro; el piso de madera chupaba la poca luz que entraba por la vidriera
y las paredes de ladrillo con un tapiz de un color crema que ya con el tiempo se había empezado a humedecer y a ennegrecerse le daba un aspecto todavía aún más lúgubre.
Ella, después de haberse quedado bastante tiempo tildada observando nuevamente el paisaje, se dió cuenta que un hombre le clavaba la mirada: era el cliente, por supuesto, pero había algo en el que no le daba mucha confianza.
Como había pasado bastantes días sin poder vender nada a causa de la lluvia dejó de dar vueltas en sus pensamientos y se dedicó a atenderlo.
-Buen día- Le dijo.
-Buen día-Le respondió el hombre; tenía una voz grave y sus movimientos eran muy lentos pero a primera vista uno se podía dar cuenta que era un hombre muy culto. Vestía un traje de salir negro y unos zapatos de charol bien pulidos, su cara pálida y alargada mantenía una expresión dura y fría, estaba demacrado y llevaba un saco de gamuza bien planchado y sin ninguna pelusa.
-Deme una revista y un agua por favor- Ordenó.
Sin decir nada Ella fue a buscar lo que el hombre le pidió y cuando se lo estaba por entregar el hombre ya no estaba. Se escucharon pasos en el piso de arriba. ¿El hombre habría subido hacia el piso de arriba? ¿Para que? ¿Para robar algo? Sin pensarlo más Ella subió en puntillas pero de tan vieja que estaba la escalera, no pudo evitar crujir.
Cuando finalmente llegó no había rastros de nadie, lo único que encontró fueron los papeles de las cuentas de gas todos tirados en el piso.
-1,2,3,4 y... ¿El 5? ¿Donde esta?
Parece que sea quien sea ese hombre se había interesado por las facturas de gas, que cosa tan rara...
Creyó escuchar el ruido del motor de un auto arrancando, se asomó por la ventana y lo vió, vio al hombre culto y amargado dentro del auto, con un papel en la mano.
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Bueno, esta fué la primer historia, no se si les gustó o no, para mí fué medio aburrida pero tenía que hacer esta introducción para poder empezar con lo que tengo planeado hacer.
Gracias por leerla :)
Pd: Ella se refiere al nombre no al pronombre.
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Pequeñas historias
Mystery / ThrillerEstas pequeñas historias no tienen nada que ver unas con otras, pero a la vez si, se relacionan de un modo pero no del todo. Lo van a ir descubriendo de a poco.