Adecuado para ti -Kookjin-

Capítulo 6

Seokjin pensó que hay muchas cosas que ya sabe sobre Jungkook.

Como la forma en que Jungkook frunce la nariz cuando está tan mareado o pensando profundamente. O tal vez cómo Jungkook juguetea con los botones de su traje cuando está nervioso. Todas estas pequeñas observaciones están archivadas en el diario secreto de Seokjin de todo lo relacionado con Jeon Jungkook, que está guardado de forma segura dentro de su corazón.

Él, sin embargo, no estaba preparado para la forma en que Jungkook hacía el amor.

Seokjin jura que no cree en Dios ni en los ángeles, pero la primera vez que lo apostaron todo, Jungkook hizo que Seokjin viera los cielos. El chico podría ser francamente escandaloso o travieso, pero Dios, Jeon Jungkook no es un romántico. No se folla a Seokjin, no, le hace el amor en todo el sentido de la palabra.

"Hyung, mírame".

Esta fue la primera vez que Jungkook entró en la casa de Seokjin. Realmente no sabía qué esperar de sus interiores, pero al igual que su tienda, la casa de Seokjin es minimalista y muy vanguardista. A Jungkook le gusta. No es un gran fanático de la decoración y la casa de Seokjin lo deja impresionado.

Acaban de cenar. Jungkook finalmente puede ver el lado doméstico de Kim Seokjin. Aparentemente cocina bien y promete rellenar al Jeon más joven hasta que sea más grande que un oso. A lo que Jungkook hizo un puchero al preguntar: "Hyung, si fuera tan grande como un oso, nadie me encontraría atractivo".

Seokjin solo pone los ojos en blanco, con una sonrisa traviesa en los labios. "No te preocupes Kookie, me gustarás sin importar cuán grande seas. Además, si es mi comida lo que estás comiendo, incluso lo tomaré como un cumplido." Incluso se atreve a besar los labios de Jungkook. "Serás mi oso".

Oh, qué maravilloso sonaba, no el oso, sino el de Kim Seokjin.

Después de la cena, Seokjin se disculpa para tomar una ducha rápida y Jungkook usa ese tiempo para explorar su casa. Seokjin no tardó mucho en encontrar al Jeon más joven en su habitación, dando vueltas como un niño en un museo. Seokjin no tiene nada más que su bata de baño, y Jungkook estaba casi sin aliento con lo hermoso que se veía Seokjin así: sin pulir, completamente natural y tan suave.

Es obvio que Seokjin está nervioso. Ya no son niños, saben exactamente lo que sucedería en el momento en que Seokjin invitó a Jungkook aquí. Pero eso no significa que el sastre no fuera un poco tímido, mantuvo los ojos en el suelo antes de que Jungkook se acercara más a él y tomara su mejilla.

Cuando Jungkook le pidió a Seokjin que lo mirara, Jungkook casi sonrió ante el rubor en las mejillas de Seokjin. Es lindo. Su hyung era mayor que él, pero Seokjin era tan adorable que Jungkook podía sentir cómo se derretía. No se atreve a jugar demasiado, cierra la distancia entre ellos y besa los labios flexibles de Seokjin. Es perfecto.

Seokjin tampoco tarda en responder. Sus manos vuelan al cuello de Jungkook y ahí se queda. Jungkook ya se había deshecho de su chaqueta y tenía desabrochados los tres botones superiores de su camisa gris. Seokjin traza suavemente la piel expuesta ante él, toda miel, suave y tan hermosa como el resto de Jeon Jungkook.

Jungkook da un paso adelante suavemente, lo que obliga a Seokjin a retroceder. Sin desconectar su beso, Jungkook presiona a Seokjin contra una pared cercana, el hombre mayor gime cuando Jungkook comienza a chuparle el labio inferior. Antes de que se dé cuenta, la lengua de Jungkook encontró su camino dentro de su boca, sus propias manos volaron hacia el cabello de Jungkook para agarrarlo, mientras su beso cambiaba de suave a apasionado.

Esto es exactamente lo que Seokjin adoraba de Jungkook. Es el hecho de que crea el equilibrio perfecto entre la suavidad y la cantidad justa de aspereza lo que tiene a Seokjin lamentándose. Cuando los labios de Jungkook recorren su cuello, tiene cuidado de no dejar marcas donde se puedan ver fácilmente. Han hablado de esto antes. Ya pasaron incontables cantidades de tiempo besándose en la tienda de Seokjin, en el auto de Jungkook, e incluso en ese callejón secreto por solo cinco minutos porque no podían ir más lejos con los corazones latiendo con nerviosismo.