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01

"Lo siento si no soy el típico chico que un día va a enviarte una carta. No soy el más caballeroso ni el más divertido pero soy tu gansta. No soy de esos que va a invitarte a cenar y va a darte una rosa de amor, pero puedo darte cuando quieras una noche de entera de placer y alcohol"

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EN LA LLAMADA

Hyuk: Si te estoy escuchando.

HanGyeom: Perdona que estas últimas dos semanas no he estado, el trabajo está algo rudo.

Hyuk: Si me imagino, bueno... Por fin entonces ¿Cuándo vienes por mí?

HanGyeom: Cuando tú quieras.

Hyuk: No se escoge tú.

HanGyeom: Podemos vernos hoy que tengo todo el día libre. ¿Te parece si voy a tu casa?

Hyuk: Me parece bien ¿a qué hora?

HanGyeom: A las 9:00pm.

Hyuk: Ok.

Pov's HanGyeom

Ya eran las 8:15pm cuando me estaba terminando de arreglar, llevaba tiempo sin ver a mi novio, más de unas semanas siendo sincero... Y complacerse solo no es a veces lo mejor así que iba a aprovechar la noche como más se pudiera.

Terminaba de cepillar mi cabello enfrente del gran espejo de mi habitación, quería verme bien para él después de tantas semanas sin verlo, aparte también, pues me teñí el cabello de un color nuevo, un naranja claro era el color que lucía ahora. La chaqueta de cuero negro con el pantalón ajustado roto a conjunto hacia que se notara más el color.

Salí de mi habitación y busqué en la cocina una de las botellas de vino que tenía reservada para momentos como éstos ya que casi tiempo para salir no tengo; tomé las llaves de mi auto junto a mi mochila y salí de mi casa.

(...)

Toqué tres veces su puerta y esperé a que él saliera, no fue mucho lo que esperé cuando él abrió la puerta. Ví que andaba con ropa cómoda, una chamarra color beige y un pantalón de franela era lo que traía puesto; andaba descalzo ya que su piso es frio por el aire acondicionado, y eso es bastante relajante tanto para él como para mí. Desde que lo conozco, a él siempre le ha gustado estar así, le gusta estar cómodo y vivir cómodo, como debe ser.

— Amor —fué lo que me dijo mientras me recibía con un abrazo.

Yo correspondí su abrazo tomándolo de su cintura y apegándolo más a mí — Te extrañé —le dije en su oído.

— Yo también —me contestó él.

Nos separamos un poco sin soltar aquel abrazo y uní mis labios con los suyos en un corto beso. Luego de eso el me tomó de la mano dejando que entrara a su casa y cerrando la puerta a su vez.

— ¿Cómo has estado? —me preguntó mientras se sentaba en el gran sofá de la sala.

— Se podría decir que bien —respondí; solté mi mochila en uno de los sofás individuales y saqué de allí la botella de vino que había traído conmigo —. Te traje ésto —dije mientras la colocaba ahora en la mesita central de la sala.

— Ah gracias —me dijo él —. Se te ve muy bien el naranja.

— Gracias cariño —dije —. Mira ¿puedo ir a dejar el bolso en tu cuarto? —le pregunté.

— Tú sabes que mi casa es tu casa, no entiendo para que me preguntas.

— Bueno pero lo hago por educación pues, para no perder la costumbre —contesté mientras me alejaba de la sala e iba a la habitación de mi novio.