Ya llegó el momento de subir al tren, en la estación se formó un gran revuelo de gente pasando a todos lados y los Flecher, siempre pegados al carrito del equipaje, intentaban hacerse hueco entre la multitud hasta que por fin estuvieron al lado del majestuoso tren.
El mozo de andén llevó el equipaje al vagón reservado a tal efecto y fue entonces cuando las puertas de los demás vagones se abrieron para dar paso a todos los pasajeros. Los Flecher iban en primera clase y cuando subieron al tren se quedaron asombrados con todo lo que vieron a su alrededor.
Nada más entrar, se percataron de un lujoso vagón con unas lámparas en el techo de las cuales colgaban unos cristales con forma de rombos, una alfombra muy elegante de terciopelo en el suelo con unos motivos florales muy bonitos, las habitaciones eran muy espaciosas para ser un tren y al ser de primera clase contaban con una cama, un baño, una ventana enorme mediante la cual se podrían observar los paisajes y unas cortinas muy elegantes. Al final del vagón, había una sala común, la cuál contaba con unos asientos tapizados también en terciopelo, una gran mesa de roble macizo en el centro y una lámpara cómo las del pasillo colgada en el centro del techo y lo mejor de todo es que todo el vagón estaba reservado para la familia.
Una vez se instalaron en sus respectivas habitaciones, Luke y Kacy se fueron a la sala común y allí empezaron a hablar de nuevo más tranquilos.
Kacy se inclinó hacía el asiento de Luke y entonces le dijo:
– Me alegro un montón de que Sam te haya escrito, me cae muy bien y sinceramente tengo ganas de verla de nuevo, ¿Cuándo crees que la veremos de nuevo?.
Luke le contestó:
– No lo sé, yo también me muero de ganas aunque sinceramente me gustaría contarle lo que te conté a ti pero me da miedo, no sé cómo podría reaccionar, ella es muy buena y siempre me ha tratado genial pero aún así tengo ese miedo.
En ese momento entró Javi, el hermano pequeño de Luke y Kacy, se sentó en un asiento y los tres se pusieron a hablar de lo que harían en Merced, ya que era la primera escala del tren.
Por otra parte, los padres decidieron explorar el tren. Al salir de su vagón, se encontraba un vagón restaurante con unas mesas de roble cubiertas con unos manteles de seda bordados muy elegantes, en el centro de las mesas había un cuenco de cristal con pétalos de flores y una vela en el centro, las sillas tenían un tapizado rojo y al final había una barra y la cocina detrás.
El siguiente vagón, era el vagón bar donde había una enorme barra, muchas botellas de distintos licores detrás, unos sofás y asientos individuales de cuero y unas mesitas de cristal en el centro.
Los primeros dos vagones eran los reservados al almacenamiento de carbón y el primero de todos la locomotora.
Cuando todos los pasajeros estuvieron dentro y los revisores hubieran comprobado que todo estaba correcto, las puertas se cerraron y el tren arrancó haciendo el típico ruido de locomotora cogiendo velocidad y expulsando vapor a su paso.
Los señores Flecher llegaron a la sala dónde estaban sus hijos y se sentaron junto a ellos para disfrutar del maravilloso paisaje que se veía desde el gran ventanal. Hablaban sobre lo que harían en Merced ya que en ésta escala estarían dos días.
Ya se acercaba la hora de la cena por lo que fueron a sus habitaciones, se pusieron ropa elegante para ir a cenar al vagón restaurante y cuando estuvieron listos, quedaron en la sala común y se fueron a cenar. Era muy agradable cenar una comida tan rica mientras disfrutaban de los paisajes de montaña, bosque, el cielo estrellado, etc…. Acabaron de cenar y los señores Flecher se fueron al vagón bar para disfrutar de un cóctel, Javi se fue directamente a dormir ya que estaba muy cansado y Luke y Kacy se fueron de nuevo a la sala común de su vagón para planificar muy bien las cosas ya que mañana llegarían a Merced.
Al final decidieron ir a dormir porque se les hizo muy tarde y no daban más de sí, antes de irse a la cama, Luke le dijo a Kacy:
– Buenas noches hermanita, muchas gracias por tu ayuda hoy y por todo en general, te quiero mucho.
Ella le dió un abrazo y le respondió:
– No hay de que, yo también te quiero un montón y también me lo he pasado genial contigo.
Luke se metió en la habitación y le sonó el móvil, lo miró y contestó:
– ¿Diga? –Dijo con voz de dormido–
– ¡Hola Luke!, soy Sam, por lo que veo te he pillado dormido. Sólo quería saludarte y decirte que tengo una sorpresa para tí pero no te pienso decir nada todavía.
– ¡Hola Sam!, si, estaba a punto de acostarme ya que es tarde y hemos tenido un día de locos. Todo nos va bien aunque si no te importa, ¿Podríamos hablar mañana mejor? Estoy que me caigo y respecto a la sorpresa mañana me la dices, ¿Eh?. Hasta mañana.
– Hasta mañana Luke.
La noche transcurrió muy tranquila, la cama era muy cómoda, la temperatura de la habitación era genial y las vistas eran idílicas que junto con el sonido relajante del tren, hizo que se quedasen dormidos muy rápido.
A la mañana siguiente, se despertaron a las nueve y después de ir al aseo y vestirse fueron a desayunar ya que tenían mucha hambre.
Ya estaban a punto de ir a Merced, los nervios estaban a flor de piel, corrieron a sus habitaciones para hacer el equipaje de los dos días que iban a estar y se fueron a la sala común.
Cuando iban a llegar a la estación, el tren se fue deteniendo poco a poco entrando en el andén, los silbatos se escuchaban y los mozos de andén se iban colocando en sus puestos ya que sabían que iban a tener mucho follón. Los Flecher se colocaron en la puerta para bajar del tren y cuando miraron al frente, se dieron cuenta de que había una chica que los estaba saludando y cuando se fijaron más se dieron cuenta de quién era. Era Sam.
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Asesinato en el expreso de California
Mystery / ThrillerUn viaje lleno de misterio y aventura de la mano de una familia super interesante y un tren muy antiguo. Todo sucede en el último viaje del tren. Me acompañas en ésta aventura?