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Jamás se esperó llegar a esto, estar en los brazos de un alfa. Jamás espero conocer a su destinado en la boda de su hermano, jamás esperó sonreír por un "¿Quisiera bailar conmigo?", jamás esperó olvidarse de miles de personas para solo concentrarse en una. Sin duda jamás se lo habría imaginado pero, definitivamente, allí debería estar.

- ¿Te encuentras bien? –preguntó el Alfa, agachándose para llegar a la misma estatura que el omega.

- Mmm –articuló el Jiang

Lan Xichen rió suavemente mirando al omega con ternura. Jiang Cheng se sonrojó por su forma de mirar, a lo que desvió la mirada avergonzado. XIchen no se perdió ningún detalle de aquel gesto y volvió a sonreír para luego rozar su nariz con el cuello del omega en símbolo de ternura.

-Jiang Cheng... –susurró el alfa aun permaneciendo cerca de cuello del omega.

- ¿Si? –respondió Jiang Cheng intentando ignorar a aquel alfa que le hacía desconocerse a él mismo

Lan Xichen levantó su mirada y vio al omega que aún seguía avergonzado. Suavemente agarró el mentón de contrario para observarlo detenidamente. El Jiang se dejó hacer pero, su mirada siguió en el suelo.

- Jiang Cheng...-volvió a llamar Lan Xichen intentando encontrarse en la mirada del contrario.

El pelinegro levantó su mirada chocando así, con la del opuesto que estaba en frente. El alfa pudo apreciar aquellos bellos ojos oscuros que poseían un brillo en ellos. Realmente lo había hipnotizado. Por lo que se acercó al oído y le susurró

- ¿Dónde has estado... Durante todo el tiempo que yo tanto te busqué?

El omega se sonrojo ante aquellas bellas palabras y negó levemente. Luego apoyó su cabeza en el pecho del contario.

- Lo siento –susurró para luego continuar- He estado ocupado, supongo...-el alfa rió ante su acto pero el Jiang continuó levantando la mirada- Pero si te soy sincero ahora, no entiendo en qué.

El alfa se conmovió por aquellas palabras y lo abrazó. El Jiang correspondió el abrazo y se dejó envolver por el aroma, ambos siguieron bailando el uno con el otro volviendo al mundo donde solo existían ellos.

Cuando la canción terminó, el alfa movió su cabeza hacia la salida al jardín. El omega entendió la referencia y permitió que el alfa tomara su mano y lo guiara a alguna parte del bello jardín que él desconocía.

La luna llena iluminaba todo el jardín dándole un toque más romántico al ambiente. Lan Xichen se encontraba parado al frente de Jiang Wanyin, quien estaba sentado en un banco de color blanco.

- Ahora dime... ¿Para qué me trajiste aquí? –preguntó el menor.

Lan Xichen suspiró para luego sonreír.

- Deseo darte algo –respondió.

Jiang Cheng ahora sí se encontraba verdaderamente confundido, ¿Darle algo, a él?

- Disculpa pero no comprendo –anunció

- Tranquilo, deseo darte algo –informó el alfa mientras buscaba algo en su bolsillo derecho. El Jiang lo observó con curiosidad. Estuvieron durante unos cuantos segundos en la misma escena, uno buscando un objeto y el contrario observándolo. Lan Xicheng sonrió, y sacó una caja de color azul marino. Jiang Cheng frunció el ceño.

- ¿Me permites tu mano? – preguntó el más alto.

Algo inseguro el Jiang dejó que el Lan agarrara su mano y lo levantara. Lan Xichen abrió suavemente aquella cajita mostrando un collar de plata, con una hermosa piedra de color ocre en el medio del collar. El Jiang quedó asombrado con la belleza de aquel collar y con algo de duda volvió a mirar al más alto.

- ¿Eso... es para mí? –titubeó el Omega.

- Claro –añadió con una sonrisa en el rostro.

El Jiang quedó en silencio por unos segundos para luego susurrar

- Gracias... es muy bonito

- No hay de que –respondió el alfa, notando que el omega se encontraba algo avergonzado.

- ¿Podría...?- el alfa intentó preguntar a lo que el omega asintió levemente.

El omega se volteó y quitó su larga cabellera a un costado de su cuello. El alfa tembló un poco por la facilidad en la que el omega deslizó su cabello pero, prefirió ignorar sus reacciones y ponerle ese bello collar.

Cuando el alfa terminó de ubicarle el collar besó levemente el cuello de su omega. De verdad se estuvo resistiendo durante un tiempo pero, no pudo evitarlo, su alfa interno le gritaba que lo besara.

Varios minutos pararon y el menor aún no se daba la vuelta haciendo preocupar al mayor. El mayor estaba inquieto preguntándose si lo habría incomodado o si se habría enojado.

- ¿Jiang Cheng? – llamó el Lan. El Jiang seguía sin responder.

-¿Jiang Cheng? –volvió a insistir el alfa ya, algo alterado

- Jiang Cheng por favor, respóndeme –suplicó

- ¿Jiang Cheng? –lo volvió a nombrar

- Por favor, te prometo que no lo volveré a hacer, respóndeme –se angustió el Lan.

Mientras más tiempo se tardaba en responderle, más se alteraba. Ya harto volteó al Jiang para que lo mirara. Su cabeza se encontraba gacha con sus cabellos tapando aún más su cara.

- ¿Podrías volverlo a hacer...? –susurró el omega

- ¿Eh? –articuló el alfa

- Si... ¿podrías volverlo a hacer? –volvió a susurrar algo nervioso.

El Jiang jamás esperó esa muestra de afecto pero, su omega se sintió tan complacido, él se sintió querido, jamás lo esperó pero simplemente la amó.

Lan Xichen se alivió y por un impulso abrazó al omega que, ahora, se encontraba en sus brazos. No podía pedir nada más, estaba con él, estaba con su otra mitad, con su destinado.

Cuando se separaron el Lan depositó un beso, esta vez, la frente del contrario.

- ¿Cómo supiste que yo estaría aquí para darme el collar? –preguntó el Jiang

- Mi instinto –respondió simplemente para luego continuar – Algo dentro de mí me dijo que lo necesitaría.

- Por lo que ya lo habías comprado, ¿ya lo tenías preparado para alguien? -Preguntó algo enojado,

- No, no –respondió rápidamente- En nuestro Clan poseemos una tradición, cada vez que un alfa cumple la mayoría de edad se le entrega un collar con una piedra del color de sus ojos para que luego, se la entreguemos a nuestro omega en simbolización de que ese omega ya posee un alfa. Por eso el color de la piedra, es el color de mis ojos. –finalizó la explicación el Lan.

- Comprendo... -respondió el omega analizando lo que le acababan de relatar.

- ¿Volvemos con los demás... mi omega? –bromeó el alfa

- Claro, mi alfa –respondió el omega siguiéndole la broma.

Ambos sintieron su corazón latir, aunque haya sido una broma, sabían que muy en el fondo no quería decir eso, había algo más. El alfa le mostró su mano al omega y este la tomo. Así volvieron a la fiesta con sus manos tomadas, con 2 corazones que palpitaban como uno solo y, con un collar haciendo referencia al otro.

Destino o Casualidad? -XichengDonde viven las historias. Descúbrelo ahora