El Inicio

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En el inicio... antes de las seis Singularidades y del amanecer de la creación, vinieron los Celestiales, Arishem. Primer Celestial, creó el primer sol y trajo la luz al universo. La vida comenzó y prosperó. Todo estaba en equilibrio.

Hasta que una especie antinatural de depredadores surgió del espacio profundo para alimentarse de la vida inteligente - eran conocidos como Desviantes El universo se sumió en el caos.

Para restaurar el orden natural, Arishem envió a los Eternos héroes inmortales del planeta Olimpia - para eliminar a los Desviantes. Los Eternos tenían una fe inquebrantable en Arishem hasta que una misión, liderada por la Suprema Eterna, Ajak lo cambió todo.

Para cada eternal existía su alma gemela que lo contrarrestaba para seguir con su camino en su misión sin fin, cuando un destello de luz iluminaba el cielo significaba que una nueva compañera había llegado

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Para cada eternal existía su alma gemela que lo contrarrestaba para seguir con su camino en su misión sin fin, cuando un destello de luz iluminaba el cielo significaba que una nueva compañera había llegado. Llegaban en cápsulas desde una edad temprana, para así poder adaptarse a la tierra.  Pará saber de quién era la compañera se tenía que hacer un ritual en donde un lazo dorado unía el dedo meñique de la niña con el dedo meñique del eternal que sería su compañero.

Al pasar los años las compañeras llegaban con más lentitud, lo que antes era un año de espera se convirtió en un siglo, para después no recibir ninguna compañera alguna.

Cada hombre eternal tenía que prepar un anillo para cuando su compañera alcanzará su mayoría de edad, de este modo su existencias se convertirían en una sola y su compañera dejaría de envejecer para estar a su lado por siempre, el encontrar una compañera era la única manera de los eternos para reproducirse pero para esto el lazo que existía entre ambos debería ser completado.
Las mujeres eternas no tenían este problema ellas podían salir con las personas que quicieran y podían reproducirse sin problemas a excepción de estar con otros eternos, podían enamorarse más no reproducirse.

Habían pasado siete mil años desde que llegó una compañera a la tierra y el único que se encontraba sólo era Driug, no podía encontrar el amor en una humana, no podía encontrar el amor en una eterna, estaba destinado a estar solo y cuidar de la humanidad sin compañía.

Tras separarse de su familia Driug cuido a un grupo de personas para que estas no se hicieran daño entre ellos ni a ellos mismos, pero esto solo era una vida solitaria podía entrar en las mentes de los humanos y entenderlas mejor que cualquier otr...

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Tras separarse de su familia Driug cuido a un grupo de personas para que estas no se hicieran daño entre ellos ni a ellos mismos, pero esto solo era una vida solitaria podía entrar en las mentes de los humanos y entenderlas mejor que cualquier otro eterno, amaba la humanidad, amaba su pueblo pero no quería seguir haciendo esto solo.

Una noche Druig despertó con un fuerte dolor de cabeza sentía como agujas queriendo salir de ella, el dolor lo llevó a desmayarse y perder la conciencia por algunos días.

Al despertar Druig no podía controlar sus poderes cuando se acercaba a un humano este empezaba a revivir sus peores pesadilla hasta el punto de preferir morir que seguir en esa ilusión, algunos les iba peor y sólo con cruzar la mirada morían al instante no era algo que el podía controlar así que apartó a todos los pueblerinos de su casa, y se quedó apartado del mundo hasta poco a poco ir controlando su fuerza.

Cuando todo se veía perdido una luz iluminó el cielo...

Cuando todo se veía perdido una luz iluminó el cielo

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Eternos Compañeros - DruigDonde viven las historias. Descúbrelo ahora