Hola, Diario. Sé que hace mucho que no te escribo, pero... Creo que vas a tener que conformarte con que lo haga muy de vez en cuando, ¿Ok?
No sé por dónde empezar. ¡Ah, sí! Mamá, te extraño mucho, mucho, mucho. Papá, extraño que me digas princesa. Carl, extraño tus besos. Tía Ana, no te extraño nada de nada.
Hace casi un día que me integré en otro grupo, que en vez de llevarse a papá, me llevaron a mí. No sé que sucedió con Rick, tampoco sé qué hicieron, pero no quiero que vengan por mí. No si voy a tener que ver a papá desde lejos, sin siquiera poder abrazarlo cuando estoy triste... No sé qué voy a hacer de mi vida.
La verdad es que extraño todo, pero todo de todos, menos de Ana, claro...
Bueno, diario, te dejo, porque ahí viene la chica rubia, que ni sé cómo se llama, así que me voy. Chau.
Dos horas después. _Narra Daryl_
Estaba cansado de pensar en qué pudo haber pasado con mi hija, cansado de tener que imaginar que murió, o que está mal donde sea que está.
Rick se niega a ir ahora, que son las dos de la mañana, y no sé qué va a decir como excusa mañana. Ya quiero volver a verla, decirle que la amo, y que lamento mucho no haber podido recordarla por ese pequeño lapso de tiempo.
Ahora estoy sentado en el suelo, afuera, vigilando, cuidando de los traseros de los dormilones que están tirados descansando, allá adentro. Siento unos pasos detrás de mí.
-¿Estás bien? _Beth se sienta a mi lado, de igual manera que yo, con los codos sobre las rodillas y la cara entre las manos. Yo río y ella también_ Siento mucho lo de Harley... Tampoco me gusta que esté allá afuera, sola, con esa manga de sucios.
-Ni lo digas. _Revuelvo en el bolsillo de mi chaleco y encuentro un par de cigarrillos. Prendo uno y le estiro mi mano a Beth_ ¿Querés uno? _Ella niega, horrorizada. Yo sólo rió de costado_
-¡Tengo diecisiete años, Daryl! _Me grita, a lo que yo río_ Deberías dejar esa porquería. A tu hija no le va a gustar... _Yo me limito a negar con la cabeza. Miro al suelo, pero Beth posa una mano sobre mi hombro. Alzo la vista y me encuentro con sus hermosos ojos azules. Ella sonríe_ ¿Qué?
-Es sólo... Es sólo que ya no _Comienzo a sollozar_ ya no creo poder encontrarla viva. _Respiro con algo de dificultad y comienzo a dejar caer un par de lágrimas_
-¡Ey! NO digas eso.... _Me "reprendió"_ Tenés que buscarla... No te rindas. Ni siquiera empezaste, y ya te estás rindiendo _Yo asentí ante su respuesta, y ella sólo sonrió_ Ahora, vamos a dormir... Necesitás descansar, y así vas a poder buscarla mañana.
-No... Tengo que proteger al grupo. _Balbuceé, sin saber qué decir. Beth tenía razón_ ¿Cómo sabés que ella odiaría verme con un cigarrillo?
-Ella me lo dijo. Me dijo que le prometiste no volver a hacerlo cuando ella tenía ocho años... y que lo lograste dos años después. _Ambos reímos_ No lo recordabas, ¿Verdad?
-Sí... Sí que lo recordaba. Ella era lo único que me mantenía feliz cuando peleaba con Emma y no quería volver a casa por unos días. Ella hacía que me quedase; decía que conmigo se sentía protegida.
-Y lo seguirá diciendo. Hey, nunca te rindas... Ella va a estar con vos, otra vez, como siempre. Siguiéndote a donde sea que vayas. _Busca mi mirada con la suya, y al conseguir que la mire a los ojos, me sonríe, con seguridad_ No vas a deshacerte de ella fácilmente, querido...
-Gracias, Beth... _Le doy un pequeño abrazo. Ella se pega a mí y rodea mi espalda con sus finos brazos, lo que me da escalofríos_ Me hacés recordar a Emma. Ella también creía que todo se podía arreglar, que todo siempre puede estar bien.
A la mañana del día siguiente...
-Bien. La buscaremos desde la tienda de ropa "Allen", hasta la primer estación de policía, al norte, ¿Okay? _Yo asiento, con felicidad. Al menos, tengo algo de esperanza.
Entramos a la tienda "Allen", luego de caminar por unos veinte minutos, y vemos que está llena de caminantes.
Era una tienda enorme, llena de estantes, y de dos pisos. Michonne, Beth, Maggie y yo, entramos primero, matando a la mayor parte de los caminantes.
Luego, el resto del grupo mató a lo que quedaba de los caminantes.
Recorrimos toda la tienda, pero ni rastros de Harley.
_Narra Harley_
-Yey, Bitch, Bitch, Bitch, I'm a Bitch. _Comencé a bailar sobre la mesa de la cafetería, moviendo las caderas con ritmo_ Yey, a very, very, very, sick Bitch, baby. _Todos reían como maniáticos, y yo también_ Ahora, chicos, es el turno de Joshua. ¡VAMOS JOSHUA! _Grité, tomando un cargador vacío, y usándolo como micrófono (Ay, ¡Si soy muy normal!)_ Hola que hace.... No, es en serio, chicos, quiero volver por mi grupo.
-Okay, Bitch, si vienen a rescatarte, te vas. Si no, te quedás acá. ¿Okay? _Yo asiento, y me siento en otra mesa, en la última silla_
Comienzo a llorar bajito, para que nadie me escuche. Todos piensan que soy alegre, que soy felíz... ¡SOY MUY FELÍZ! ¡NO TE PREOCUPES, MUNDO, ESTOY OKAY!
La verdad, nadie me toma en serio. Nadie de este grupo. Parece que sólo quieren divertirse; que no tienen responsabilidades.
Tomé un par de cosas de mi bolso y me senté otra vez en la silla. Era una foto que tenía con mamá y papá. La tomamos en el cumpleaños de mamá, hace dos años. Recuerdo que ese día fue uno de los más felices en toda mi vida: papá nos llevó a pasear en el bote de uno de sus amigos por el río, un río hermoso, de aguas celestes. Mamá abrió una botella de champaña y el corcho me dio en el ojo (La foto fue antes), papá se enojó, pero yo le dije que estaba bien, así que ellos terminaron besándose, y él casi cae al agua, porque estaban apoyados de la barandilla.
Bueno, guardé la foto en el bolso y tomé todas mis cosas (campera, comida, bolso, todo), y me fui a la habitación en la que estaban los lockers, donde antes se dejaban las cosas. Allí había una ventana por la que yo podía escapar, y aparte de eso, no estaba muy alta.
Subí a una caja de madera, que se veía muy frágil (aunque yo pesaba muy poco, podía romperse, y ahí me descubrirían), pude subir y pasar por la ventana tranquilamente, que hasta sobraba espacio para otra yo.
Corrí hasta llegar a una despensa enorme, donde probablemente habría comida. Golpeé el vidrio con mis nudillos y esperé a ver si aparecían caminantes, cosa que no pasó.
Entré en la tienda y ahí pude ver cómo mi grupo estaba siendo amenazado por dos personas armadas. Tomé mi arma con silenciador y les disparé a ambas personas en la cabeza. Eran dos hombres enormes (pero ENORRRRMES) que me triplicaban en tamaño a lo ancho.
Papá corrió hacia mí y me abrazó como nunca. Le había dado el susto de su vida....
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One thousand ten (1010) _The Walking Dead & tú)
FanfictionLas estrellas brillan, el cielo es azul.... Pero no sirven para nada si me faltas tú. (Carl Gimes y Tú)