Misterioso corazón

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DISCLAIMER: Los personajes y lugares le pertenecen a Hajime Isayama. Esta historia participa en el evento Colaboraciones Artista-Fanficker (3° Edición), organizado por el grupo Club de Lectura de Fanfiction y en compañía de la fanartista Carolina Prado.

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Sábado, 04 de junio de 844:

Cuando era pequeña, mi madre me decía que un hecho podía decir mucho más que mil palabras; y ahora que estoy a puertas de los treinta años, con un cargo bastante exhaustivo en la Legión, puedo reafirmar semejante verdad. De hecho, no hay persona relacionada a mí que pueda negar mi obsesión por observar todo lo que me rodea. Lo que un asunto puede parecer trivial a ojos ajenos, para mí simbolizaría el inicio de un enorme descubrimiento, ¡la mayor revelación que pueda existir en la historia! Por eso me encanta la idea de enfrentar cualquier reto y con ese deber sagrado, tengo que registrar en mi diario todo lo que he investigado esta noche, pues quizás sea una de las más revoltosas que he vivido.

Mmm... ¿por dónde comienzo? Es cierto, los acertijos. ¿Ya les había dicho que amo los desafíos? Son la mejor medicina para el aburrimiento y para alguien que lleva gran parte de su vida entre libros y experimentos, es natural que quiera hallar las respuestas de todo; aunque siempre habrá detalles casi inexplicables, nudos muy complicados que buscan ser desatados, y uno de esos grandes misterios en el mundo es Levi. ¿Qué tiene que ver el enano gruñón aquí? Pues forma parte de mis pesquisas.

Si alguien tiene la suerte, no sé si buena o mala, de hablar unos minutos con él, todos llegarían a la misma conclusión: su rostro estreñido y actitud agria son capaces de ponerte la piel de gallina, al punto de pensar que quizás era una mejor idea buscar a otro compañero con quien charlar. No culparía a mis camaradas si pensaran así, Levi apenas lleva tres meses en la división y todavía le cuesta adaptarse; si soy sincera, ha habido ocasiones en las que me he sentido igual... o al menos, hasta hace unos días. ¿Me creerán si les digo que mantuve más de diez minutos de conversación con él? ¡Sí, diez minutos sin tantas groserías como las que suele decir! Mike y Nanaba me acompañaban esa vez y se miraron atónitos, mucho más cuando se despidió con cierto tono cortés que jamás escuché de su parte.

Será muy difícil olvidar este momento, pues coincidió con la tarea que me encargaron hoy, de revisar unas herramientas en el cobertizo de la zona este y allí me dirigí minutos más tarde de hablar con el duende de metro sesenta; pero, ¿cuál creen que fue mi sorpresa? Lo encontré justo allí... bueno, en sí, chocamos accidentalmente y por alguna razón que no entendí en ese instante, escogió precisamente ese lugar para estar solo. Nada extraño viniendo de él, excepto por una pequeña hoja que soltó. Me dispuse a recogerla y sólo tuve unos segundos para examinarla, antes de que Levi me la quitara; podría jurar que en ese rato lucía un poco avergonzado y se marchó diciendo algunas maldiciones. Cualquiera en mi lugar lo habría tomado como un típico arrebato, de no ser porque sí noté lo que estaba escrito en aquel papel y sumando su contenido a la reacción del enano, sólo me confirmó dos cosas: la primera, que una sección del mensaje decía "Me agradó que me acompañaras esta noche, te espero a la misma hora"; y la segunda, que estaba segura de haber visto ese estilo de letra en alguna parte. ¿Acaso Levi...? ¡No! ¡Tenía que ser una broma! ¿O no lo era?

¡Obviamente no iba a quedarme de brazos cruzados! ¿Quién podría mandarle una posible carta con un mensaje tan íntimo? Es más, ¿en qué momento Levi logró conquistar el corazón de alguien? ¿O tal vez lo conquistaron a él? ¡Eran demasiadas preguntas! Olvidé por completo mi obligación en el cobertizo y lo seguí todo lo que restaba del día para saber qué había detrás de esa confidencia en papel, tomé nota mental de cada gesto suyo: su mirada un poco más pacífica, algo más de delicadeza en su forma de comer y beber, algunos intentos por conversar más y otras cosas que guardaré para mi libro personal. Espero no haber sido demasiado evidente con mi persecución, pues hemos coincidido tanto en esta jornada que me percaté de su incomodidad y así habría continuado mi nueva misión secreta, hasta que Erwin nos citó a mí y otros subalternos mayores a su oficina.

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