Con Amor a Oliver Wood

#4. Quidditch

*Castigo*

T/n se dirigió al despacho de McGonagall 15 minutos antes del Castigo

- ¿A donde vas?

-- Tengo Castigo con McGonagall, George

- Igual yo, te castigaron por lo de Rosier

-- Los rumores corren rápido

Entraron al despacho

- Señorita Zabini, Señor Weasley. Necesito que acomoden y limpien los calderos del armario

Se pusieron a ello apenas McGonagall cerró la puerta

-- ¿Por qué te castigaron George?

- En realidad castigaron a Fred, lo atraparon mandándose cartas con Angelina

-- ¿Y tú lo estás remplazando por?

- Quería pasar algo de tiempo contigo - le sonrió coqueto y ambos rieron

-- Me alegra que estés aquí

- Sal con nosotros, iremos a Hogsmeade, te divertirás

-- Ok, iré

Terminaron el castigo entre bromas y risas

Los días siguientes recibió una carta.

T/n me alegra que estés en Gryffindor, igual que tú padre. Trata de divertirte y juega Quidditch. Tu madre está molesta pero ya se le pasará. No te preocupes por nada.

Alexander

A T/n le sorprendía lo distinta que podía llegar a ser de su madre.
Recordaba a su padre y aunque estuvo con ella poco tiempo sabía lo cariñoso, amable y bondadoso que era.

La rubia no había vuelto a hablar con su amiga la Slytherin desde el incidente. Había hablado con su hermano él cual estaba más que aliviado cuando entendió que estar en casas diferentes no cambiaba nada entre ellos, claro mientras no la vieran hablando con Sangre sucia, Mestizos o Traidores de la Sangre todo estaría bien.

Se encontraba desayunando en el Gran Comedor

- T/n vamos a jugar quidditch ¿Vienes?

-- No me lo perdería - le sonrió y tomó la mano que él le ofrecía

Salieron corriendo del Gran Comedor tomados de la mano hasta llegar al Estadio de Quidditch en donde tropezaron cayendo uno encima del otro. Estallando en carcajadas.

-- Oliver - jadeo la rubia debajo del castaño ante la falta de aire

- T/n - susurró él castaño muy cerca de sus labios

Oliver la miró por algunos segundos, su piel blanca adquirió un leve tono rojo, sus labios ligeramente entre abiertos, sus ojos de un azul tan hermoso brillaban con una luz que el nunca había visto.

T/N solo podía pensar en lo hermosos que eran sus ojos de cerca, podía mirar los lunares que tenía en sus mejillas, sentir su respiración, notar lo claro de su cabello al sol.

Los ojos de ambos se encontraron

- Ejem

- ¿Interrumpimos algo?