Kyungsoo absorbió el aroma de las flores y disfrutó el sonido de las hojas secas bajo su pies. La brisa del atardecer acariciaba su cara creándole una sonrisa pacífica, sin preocupaciones, limpia.
Cambió su expresión un poco cuando un peso repentino cayó en sus hombros, suspiró con melancolía y sonrió al sentir la presencia del moreno.Le gustaban esos días, en los que visita a Jongin después de semanas y le pone al tanto de su vida. Le platicaba como iba en el colegio y cómo había progresado su padre en la panadería. Como su gatita ya había cumplido cinco años y el fin de semana que fue de pesca con su primo. Evitando siempre las emociones malas y recordando lo mucho que le gustaba al menor las anécdotas felices.
El moreno era buen oyente, Kyungsoo lo sabía porque su respiración tranquila era sustituida por el murmullo del viento. Al igual que la luz del sol era opacada por su sonrisa.Las despedidas siempre eran lo más difícil, ya que Jongin vivía muy, muy, muy lejos del mayor. Pero a pesar de la incomodidad en su pecho, Kyungsoo siempre se despedía con su mejor sonrisa, prometiendo que volvería a visitarlo pronto.
Los días cálidos llegan más rápido de lo esperado y pasa las semanas ayudando a su padre en la panadería junto a Luhan, su primo. Había comenzado a ayudarlos desde que Jongin se fue, ya que su padre, Suho y él no eran suficientes para todo el trabajo en el negocio.
Le gusta que Luhan ahora trabaje con ellos, pero por más que le quiera, nunca podrá reemplazar la presencia del moreno.
Pasan el día cargando costales, horneando y contando una que otra broma o historia. Y aunque el ambiente es algo tenso ya que todos saben que falta algo -o mejor dicho, alguien- dan su mejor sonrisa y tratan de no hacerlo más incómodo y triste. Todos ahí lo extrañan.Termina de cenar junto a su padre y se dirige a su habitación después de lavar los platos.
Mira atentamente el cielo oscuro con puntos brillantes por su ventana. Recordando momentáneamente las veces que se colaba con el menor a el balcón de su casa en medio de la noche, terminado acostados uno junto a el otro, con la gravilla enterrandose en sus espaldas. Pero eso y nada importaba cuando se perdían en aquel silencio cómodo que los caracterizaba. Jongin terminaría tomando su mano entre la suya antes de inclinarse para besarle.
Kyungsoo se pregunta cómo serían ahora las noches de Jongin en aquella ciudad desconocida. Se lo imagina perdiendose entre el silencio abrumador de la profunda oscuridad, viendo de cerca a las estrellas y tratando de rozarlas con sus dedos.
También lo imagina contando las estrellas sin sentirlo imposible, encontrando constelaciones desconocidas y dándoles un nombre inventado por él mismo.
Kyungsoo se descubre alzando su blanca mano hacia el cielo, también tratando de rozar los puntos brillantes que lucen en la oscuridad. Pero en donde vive, eso resulta imposible.Las tardes de vacaciones las siente más pesadas y lentas. Trata de despejar su mente yendo al cine por las tardes con Chanyeol, en aquel viejo carro que se había comprado el mayor hace dos años. Observa aquellas dos abolladuras en la parte delantera del automóvil antes de subir al asiento del copiloto. Su mente viaja al día de las lecciones de conducir de Jongin dadas por Chanyeol. El moreno realmente nervioso por los gritos repentinos de Yeol cuando daba un giro demasiado brusco o frenaba de golpe. Kyungsoo se encontraba en los asientos de atrás aferrandose a su cinturón de seguridad y dandole ánimos al moreno. Jongin terminó colapsando por la presión de Chanyeol sobre él, dando un giro mal y chocando la parte delantera con un árbol. Sonríe con nostalgia recordando la cara de Chanyeol al ver su auto abollado y el manojo de nervios que era el menor.
Kyungsoo se pregunta por qué el mayor no ha arreglado aquellas dos abolladuras.El cumpleaños de Suho es algo a lo que Kyungsoo no tenía pensado asistir. Ultimamente todo es muy cansado para él y realmente quiere quedarse en cama con una taza con café caliente entre sus dedos.
Pero esa aura de tranquilidad imaginada fue rota por un Luhan insistente.
Ahora tenía que pretender estar contento en una esquina de la aglomerada casa con un vaso rojo en vez de una humeante taza de café.
Recuerda que el año anterior fue realmente agradable con personas que realmente le agradaban. Esta vez se sentía tan agobiado que ni siquiera se molestaba en sonreír por cortesía y nadie se molestaba en hablarle o preguntar qué sucedía con él por obvias razones.
Anteriormente, Kyungsoo había sido obligado a cantar junto con Chanyeol quien tocaba su vieja guitarra. Conforme avanzaban en la agradable canción, Jongin había sido "obligado" a bailar, acompañado por gritos de emoción en cuanto se puso de pie y comenzaba a ejecutar pasos improvisados de baile, con la voz melodiosa de Kyungsoo como guía.
El bajito, cerró sus puertas a las demás personas para enfocar en ese momento todos sus sentidos hacia el menor, quien le miraba con una intensidad indescriptible, pidiéndole con la mirada que no parara, que siguiera cantando para él. Mientras que Kyungsoo, le suplicaba de la misma manera que siguiera bailando, sólo para él.
Sorprendiendose al ver como embonaba tan bien con el más alto. Dándose cuenta que su voz pertenecía a aquellos pasos agraciados de baile.
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Ciudad del bailarín. (KaiSoo)
FanfictionAbsorbió el aroma a tierra mojada y disfrutó el sonido de las gotas cayendo de los arboles y chocando contra el suelo. La brisa de la noche acariciaba su cara creándole una sonrisa pacífica, sin preocupaciones, limpia. Cambió su expresión un poco c...