Regocijo mi corazón en tu boca lunar, cuán feliz me hace, verte sonreír, verte hablar, verte recitar. ¡Parlante! Parlante parece, y en él tu música escucho. Escucho tus suplicas, tus deseos, y a la luna miro, miro la creciente luna, destellante como tu sonrisa, pulcra como la plata.
Mi vida y encanto, has ocasionado en mí un trastabillo al hablar, me pongo nervioso cada vez que te miro, cada vez que te escucho, cada vez que me haces parlotear. ¿Que te parloteen te gusta? ¿Te gusta mi cantar? Me has hecho alegre, alegre me has hecho estar.
Pues un hombre necesita a un humano para pasar el rato, para matar el tiempo, un hombre necesita pasarla a tu lado. Como Curie a la química, como Mercury al canto. Eres poesía, mi luna chica. ¿Seré el sol? Grandeza sería, un descaro. Pues yo soy nada más que un simple charco, ¡regocijas mis mareas! Mi bello encanto.
