Pedro con 7 años y una pieza repleta de juguetes decía que ellos ya no eran divertidos, bueno si lo eran pero tenía dias en que cambiaba su forma de verlos, un día los autos podrían distraerlo, otros los veía aburridos entonces mejor jugar otra cosa.
Un día calido Pedro se pregunta si Alvaro querra jugar con él en el patio. _No será posible salir sin pedirle permiso a mamá, voy a tener que hacerle unos alagos (pensaba).
Ariana tenia buena memoria que no le hacía falta una agenda para anotar sus quehaceres pero si había que hacerle varias veces una pregunta porque sus lista de cosas por hacer retumbaba en su cabeza que apenas sus oídos podian enfocarse en escuchar hablar a otro.
_ Pueden pero sin quitarse las medias ni el champion y nada de ser bruto con tu hermano.
_Gracias mamá eres la mejor!.
Ambos salen a jugar.
El viejo libustre de los alrededores, las flores, el pasto son atraidos por el viento en dirección a los niños y entre risas y piruetas el patio se llenaba de ellos.
_Alvaro no le puedo decir esto a mamá porque me dirá que no se puede , pero nunca quiero dejar de ser un niño y quiero quedarme en el patio a jugar siempre contigo.
Alvaro es muy pequeño y distraido pero parece entender a su hermano y ríe.
