Me levante gracias al sonido de mi celular, lo tome y presione la tecla de apagar y dejo de escucharse ruido alguno, revise la hora, son las 6:20 tengo clase a las 7:00 am debo darme prisa, me levante, entre a mi clóset, tome unos jeans, una playera gris, mis zapatos negros y tome el collar que me obsequió mi madre mi cumpleaños pasado.
-buenos días - saludé bajando las escaleras
-hola hija, oye ¿no desayunarás? - me preguntó levantando la vista
-no tengo hambre - respondí -¿y papá? - pregunté
-trabajando, se fue muy temprano - me dijo cerrando su revista y abriendo otra.
Me dirigí a tomar una barra de granola y fruta. Tomé un jugo, me despedí de mi madre y salí de casa.
Solo bastaron diez minutos para llegar al instituto. Caminé por los pasillos hasta que apareció frente a mi, Laia, mi compañera y mejor amiga.-Ale - saltó -tienes que ver lo que sucedió en el patio - gritó jalándome con ella
-¿qué sucede? -pregunté cuando nos detuvimos -solo veo a chicas gritando desesperadamente -entrecerré mis ojos queriendo ver mas allá del montón de chicas alzando los brazos y gritando.
-es por el chico nuevo -me dijo Laia
-pues -guardé silencio -felicidades
me acomodé mi bolso y caminé hacia mi aula, pero de nuevo mi amiga me detuvo, haciéndome rodar los ojos.
-¿ahora qué? -pregunté cruzándome de brazos
-vamos a ver -sugirió
-no gracias -le saqué la vuelta a Laia y seguí caminando.
Por fin llegué y tomé asiento al fondo del salón, poco a poco entraban todos mis compañeros y se sentaban en sus lugares, hasta que en la puerta apareció un chico alto, cabello castaño y grandes ojos verdes.
Todos tenían sus miradas posadas sobre él, y me incluyo, puesto que yo hacia lo mismo. lo veíamos caminar y seguíamos sus pasos, tomó asiento en uno de los pupitres de atrás que se encontraban vacíos y para mi fortuna o desgracia, se sentó a mi lado.
En ese momento, todas las chicas lucharon entre ellas por escoger el banco a su derecha, solo para estar junto a el y derramar baba toda la clase.
-bien chicos comencemos la clase -anunció la maestra
Comenzaron las clases y estamos ahora en clase de biología, no podía considerarla mi materia favorita pero la maestra la hacía un poco buena, era una de las materias que más se me dificultaba pero hacía mi esfuerzo.
-vamos ahora a hacer la práctica, colóquense sus batas - pidió
La maestra anotó el procedimiento y comencé a realizarlo como pude.
-disculpa ¿dónde se pone esto? -me susurró alguien al oído
Era el castaño señalándome la sustancia azul.
-lo pones en el matraz -respondí continuando con el experimento
No dejaba de sentir la mirada del chico sobre mi, me incomodaba un poco pero nada que me asustara.
-no entiendes nada de esto ¿cierto? -supuse mirándolo de reojo
-¿yo? -dijo indignado -soy un experto en esto -dijo despreocupado -estaba viendo que lo hicieras bien - mintió y reí
-seguramente -me tragué mi risa y me hice la seria aunque por dentro me moría de la risa
ninguno de los dos dijo otra palabra, la clase terminó y todos dejamos las batas en un gancho para salir de allí.
me topé de nuevo a Laia comiendo un sándwich en una mesa de la cafetería, caminé hacia ella y me senté.
-el nuevo está en mi salón - comenté dejando mi bolso en el suelo
-¿hablas en serio? -preguntó dejando de comer
-si
-¿y qué tal? -preguntó con interés
-todas estaban vueltas locas -reí al recordar la pequeña guerra que hicieron
Laia optó por contarme sobre su día en su grupo y otras cosas más, después de eso, continuamos las clases hasta que finalmente podíamos irnos a casa. Salí del gran edificio y comencé a caminar hacia casa pero alguien me tomó del brazo, primero pensé que era Laia pero noté que su fuerza había crecido, así que lo dudé.
-oye -me dijo cuando nos detuvimos -tenias razón, no entiendo absolutamente nada de química y dudo que apruebe la primera evaluación -habló preocupado -¿quisieras ayudarme? -preguntó rascando su cabeza
-yo...-callé
-por favor -pidió
-de acuerdo -acepté
-mi nombre es Harry -me tendió su mano
-Alexia -la tomé y las estrechamos como ¿amigos?
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Mi tutora es Alexia
Teen FictionLa estás perdiendo y ni siquiera te estás dando cuenta Te extraño cuando algo realmente bueno sucede porque eres la única persona con la que me gustaría compartirlo. EN EDICIÓN