"𝐒𝐰𝐞𝐞𝐭 𝐦𝐞𝐦𝐨𝐫𝐢𝐞𝐬"

Sᴡᴇᴇᴛ ᴍᴇᴍᴏʀɪᴇs

El pelinegro revolvió su cabello con frustración mientras miraba el sobre en sus manos. Le había costado mucho lograr escribirlo y ahora dudaba en si dárselo no, la ansiedad lo estaba matando.

-Agh...maldita sea... -volvió a jalar su cabello- Es sólo una carta, ¿por qué es tan difícil? Maldición.

-Saginuma-san. -el mencionado volteó rápidamente-

-Oh, Ryuuji...

-Qué haces en la biblioteca tan tarde, ya es hora de dormir.

-Ya me iba...sólo... -miró una vez más el sobre en su mano- Estaba terminando algo importante, pero ya iba saliendo.

-Pues vale, ¿te espero?

-No, no hace falta, tengo que acabar de recoger mis cosas.

-Bueno, pues hasta mañana entonces. No te quedes hasta tan tarde Saginuma-san.

-No te preocupes, no lo haré. -le sonrió antes de que se fuera-

Volvió la vista al papel en sus manos, era ahora o nunca.

Con sigilo se dirigió al último piso del orfanato, donde dormían todos ellos. Fue hasta la última habitación, al fondo del pasillo y con cuidado abrió la puerta.

-No hay nadie...

Si bien le sorprendió, no por ello desaprovechó la oportunidad. Se acercó a su mesa de noche y dejó la correspondencia sobre ella, para luego irse rápidamente como mismo entró, procurando no ser visto.

[°°°]

Eran casi las once de la noche, la mujer llegó exhausta a su habitación. Estaba a punto de acostarse cuando vio el pequeño papel sobre su mesilla.

-¿Uh? ¿Qué es esto?

Miró el sobre con detenimiento, lo volteó por ambos lados, nada, ni un remitente, ni un asunto, nada. Estaba en blanco.

-¿Qué significa esto? ¿De quién es?

Con un poco de duda, se dispuso a abrir la carta, y no pudo ser más grande sus sorpresa al ver el contenido.

°°°

𝑯𝒆 𝒉𝒆𝒄𝒉𝒐 𝒎𝒖𝒄𝒉𝒂𝒔 𝒄𝒐𝒔𝒂𝒔 𝒆𝒏 𝒎𝒊 𝒗𝒊𝒅𝒂, 𝒄𝒐𝒔𝒂𝒔 𝒃𝒖𝒆𝒏𝒂𝒔 𝒚 𝒄𝒐𝒔𝒂𝒔 𝒎𝒂𝒍𝒂𝒔, 𝒚 𝒏𝒐 𝒎𝒆 𝒆𝒏𝒐𝒓𝒈𝒖𝒍𝒍𝒆𝒛𝒄𝒐 𝒎𝒖𝒄𝒉𝒐 𝒅𝒆 𝒆𝒍𝒍𝒂𝒔, 𝒑𝒆𝒓𝒐 𝒔𝒊 𝒉𝒂𝒚 𝒂𝒍𝒈𝒐 𝒅𝒆 𝒍𝒐 𝒒𝒖𝒆 𝒏𝒐 𝒎𝒆 𝒂𝒓𝒓𝒆𝒑𝒊𝒆𝒏𝒕𝒐, 𝒔𝒊𝒏 𝒊𝒎𝒑𝒐𝒓𝒕𝒂𝒓 𝒄𝒖𝒂𝒏𝒕𝒐 𝒕𝒊𝒆𝒎𝒑𝒐 𝒑𝒂𝒔𝒆, 𝒚 𝒆𝒔 𝒆𝒍 𝒉𝒂𝒃𝒆𝒓𝒕𝒆 𝒅𝒊𝒄𝒉𝒐:

"𝑻𝒆 𝒂𝒎𝒐"

Sus manos temblaban, haciendo que la hoja se arrugara, y su corazón había comenzado a latir como loco, mientras que sus ojos comenzaban a aguarse.

𝑵𝒐 𝒔𝒆́ 𝒆𝒏 𝒒𝒖𝒆́ 𝒎𝒐𝒎𝒆𝒏𝒕𝒐 𝒄𝒐𝒎𝒆𝒏𝒛𝒐́ 𝒕𝒐𝒅𝒐, 𝒆𝒍 𝒎𝒐𝒎𝒆𝒏𝒕𝒐 𝒆𝒏 𝒆𝒍 𝒒𝒖𝒆 𝒅𝒆𝒋𝒆́ 𝒅𝒆 𝒗𝒆𝒓𝒕𝒆 𝒄𝒐𝒎𝒐 𝒎𝒊 𝒉𝒆𝒓𝒎𝒂𝒏𝒂 𝒚 𝒄𝒐𝒎𝒆𝒏𝒄𝒆́ 𝒂 𝒗𝒆𝒓𝒕𝒆 𝒄𝒐𝒎𝒐 𝒎𝒖𝒋𝒆𝒓, 𝒑𝒆𝒓𝒐 𝒓𝒆𝒄𝒖𝒆𝒓𝒅𝒐 𝒑𝒆𝒓𝒇𝒆𝒄𝒕𝒂𝒎𝒆𝒏𝒕𝒆 𝒄𝒖𝒂𝒏𝒅𝒐 𝒎𝒆 𝒅𝒊 𝒄𝒖𝒆𝒏𝒕𝒂 𝒅𝒆 𝒒𝒖𝒆 𝒕𝒆 𝒒𝒖𝒆𝒓𝒊́𝒂.