Historias Chilumi [Historias cortas] [Chilumi]

《Mi dulce café》

Se pueden tocar temas delicados, depresión, autolesiones, etc..

POV NARRADOR

Otra vez se encontraba cierto pelinaranja yendo a la misma cafetería, en la misma hora, con la misma sonrisa.

Estaba simplemente feliz, su razón de vivir se encontraba en aquella cafetería en su turno de trabajo.

Agarró la manija y abrió la puerta, sonó una campana anunciando su llegada y entró yendo directo con aquella rubia.

- Buenos días, ¿Que se le ofrece hoy señor Childe? - Dijo la rubia ya acostumbrada por la llegada de este.

- Un capuchino de moka, con crema y canela por favor - Dijo sonriente.

- En seguida se lo llevamos a su mesa.

- ¿Por qué eres tan bella? - Dijo el pelinaranja perdido en aquellos ojos miel de la chica.

- Jaja usted nunca cambia, ¿verdad?.

- Lumine, ¿cuántas veces te lo tengo que decir? Me encantas.

- ¿Cuantas veces le tengo que decir? Estoy trabajando.

- Entonces, que te parece si..

- No, siguiente.

- Auch.. - Seguido de eso se alejó y se sentó en una de las sillas del lugar esperando su pedido.

No podía despejar la vista de aquella hermosa mujer, sus cabellos rubios resplandecian con el sol mientras que sus ojos color miel eran tan cálidos como un café..

En serio deseaba con todo su corazón por fin tocar esos hermosos y suaves labios, pero la rubia era muy seca con él, no importa cuanto lo intentara no funcionaba.

Aún cuando le pedía citas o se ofrecía a acompañarla a su casa en media noche, ella lo rechazaba burlándose de él.

Aún cuando fingía que sus palabras no lo dañaban, le hacían mucho efecto dentro de él de manera negativa.

Pero él no se iba a rendir tan fácil, no, el la quería solo para él, pero cuando llegaba el jefe de Lumine, Diluc, no podía evitar sentir celos.

Lumine lo miraba de una forma embobada y romántica, mientras que el señor Diluc estaba saliendo con Jean y hasta incluso tenían una hija llamada Klee.

Entonces, ¿por qué no olvidar al señor Diluc y mejor irse con Childe?.
A los ojos de Lumine, Childe era un simple fanático de ella, nada especial, solo era atractivo pero no era muy inteligente.

En cambio, el señor Diluc era guapo, atractivo, inteligente, cariñoso, simpático, era todo lo que una mujer podía desear.

Eso lo sabía perfectamente Childe, sabía lo que la rubia pensaba de él, así que se había comprometido a mejorar en sus estudios, mejoro sus notas en la universidad, se comportó de una manera más cariñosa y educada, el ya era un estudiante prodigio. Pero no importa cuánto lo intentara, Lumine lo seguía viendo de la misma forma y eso no cambiará.

Eso le rompía el corazón al chico, que hizo que todos los días pensara...

¿Por qué el y yo no?
¿Que es lo que tiene el?
¿Tan horrible soy?

Childe cambió su manera de ser solo para que Lumine lo mirará de manera romántica, como el veía a Lumine o como Lumine veía al señor Diluc.

Nada cambió, Childe se dio cuenta de que Lumine no cambiaría con él, así que decidió seguir adelante. Los padres de Childe estaban orgullosos de él igual que sus hermanos, así que mejoró sus notas por su familia.