05 | Conexión

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Desde que Yoon Gi tiene uso de razón, siempre le temió a la oscuridad

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Desde que Yoon Gi tiene uso de razón, siempre le temió a la oscuridad. Y aún cuando se presentó como Alfa a los trece años, le siguió dando miedo. Pero ahora se da cuenta, que la oscuridad no le da tanto miedo, como el pensamiento de perder a Jung Kook.

Cuando entra a la habitación -después de hablar con la Doctora que atiende a Jung Kook y saber qué hacer para que despierte-, logra verlo pacíficamente dormido en esa cama. Su corazón se aprieta y su respiración se contiene por un segundo. Su Alfa gimotea para que se acerque a él y pueda olerlo. Yoon Gi asiente a su pedido y cierra la puerta, para después caminar hasta estar a un lado del Omega.

La habitación -más que nada- huele a las flores que le llevó Jake cuando pasó a ver a Jung Kook -junto a la madre de éste-, y muy suavemente puede oler su olor a durazno, que es casi imperceptible.

Acaricia su cabello azabache y lentamente baja su mano para acariciar su mejilla. Le duele tanto verlo ahí acostado, profundamente dormido.

Y respira lentamente cuando siente que llorará. Tiene que mantenerse tranquilo para que esto funcione. Porque la doctora le dijo cómo debe de hacer esto: respirar para que se tranquilice, soltar su aroma para que impregne toda la habitación y por último tomar la mano de Jung Kook para colocarla en su pecho para conectar con el Omega... O bueno, ese es el procedimiento que se hace para una pareja que no es destinada y por circunstancias mayores su lazo se rompió.

Y realmente no sabe si funcionará, pero toda su esperanza cae en eso. Así tenga que hacerlo mil veces para que funcione, Yoon Gi lo hará.

Suspira una última vez antes de quitar su mano del rostro de Jung Kook. Mira hacia la ventana y nota como la oscuridad de la noche lo acompaña, pero extrañamente no le da miedo, si no que le da un poco de calma. Quizá la Diosa Luna se lo está otorgando.

Camina un poco para estar frente al pequeño sofá de la habitación y deja ahí su chaqueta.

Tú puedes, Yoon Gi. Se anima a sí mismo desde el pensamiento, comenzando a soltar su aroma a rosas. Se da media vuelta y camina con más confianza hacia Jung Kook. Lo mira fijamente y expande más su olor, solo con el pensamiento de que Jung Kook pueda despertar.

Gracias por esto, Yoon Gi —Recuerda que le dijo la madre de Jung Kook, antes de que entrara a la habitación.

Haría todo por su hijo, señora Jeon —Le contestó, prometiendo internamente que no saldría de esa habitación hasta conseguir que Jung Kook despierte.

Y lentamente toma la mano del Omega, soltando un respiro lento. Pero antes de ponerlo en su pecho, le da un beso en los nudillos.

—¿Listo, Alfa? —Le pregunta a su lobo.

Hagámoslo, salvemos a nuestro Omega —contesta su lobo.

Yoon Gi asiente y le regala otro beso a Jung Kook, para después poner la mano del Omega en medio de su pecho y encima las suyas. Tiembla un poco por el miedo, pero cierra los ojos y trata de concentrarse.

Pareja rota | yoonkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora