02. sᴄ + ʟғ

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Estaba muy estresado mientras comía en la cafetería de su universidad, debía entregar el informe final de su tesis en dos semanas y no podía encontrar un lugar adecuado para concentrarse. Sus compañeros de piso eran muy ruidosos y lo interrumpían constantemente, era casi imposible encontrar un lugar vacío en la biblioteca de su universidad, y las cafeterías aledañas a su lugar de estudios eran muy ruidosas y llenas de gente. Seo Changbin deseaba irse a Marte para poder trabajar tranquilamente.

— ¿Por qué no vas a una cafetería que no esté cerca de alguna oficina o universidad? — Le comentó su amigo Seungmin a su comentario que no se dio cuenta que lo dijo en voz alta.

— No es una mala idea, pero no sé nada de cafeterías.

— Existe internet idiota.

Changbin rodó los ojos por lo amoroso que era su compañero. Seungmin sacó su teléfono y se acercó a Changbin para buscar cafeterías que podrían estar vacías. Las bibliotecas quedaban descartadas porque sabía que la más cercana a su hogar además de la de su universidad estaba a dos horas en transporte.

— Esta se ve agradable, es relativamente nueva y no está en un lugar muy transitado, no creo que vaya mucha gente.

Seo peinó su pelo negro hacia atrás para mirar la pantalla y vio la dirección del lugar fijándose que quedaba a 30 minutos en bus, lo que era conveniente. Anotó la dirección en su teléfono para ir a visitarlo después de sus clases.

Estaba por terminar la hora de almuerzo, Changbin se despidió de su amigo que se dirigía a su clase. El pelinegro había terminado su única clase electiva antes del almuerzo, pero quería pasar un rato con su amigo. Como no tenía nada que hacer decidió ir a echar un vistazo a la cafetería que encontraron para ver si tenía un buen ambiente.

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Felix estaba aburrido mirando su celular apoyado en el mesón mirando hacia la puerta. Sólo a su mejor amigo se le ocurría abrir una cafetería en ese lugar tan desolado. Llevaba dos semanas trabajando en ese lugar a petición de Minho ya que se iría de viaje con su novio por unas semanas, además unos billetes extras no le vendrían nada mal. La cafetería era atendida por ellos y no querían cerrarla por tanto tiempo, confiaba que el menor lo haría bien ya que juntos tomaron un curso de barista.

Se recostó al lado de la caja preguntándose si su amigo se enojaría si corría algunas mesas para poder practicar el baile que debía presentar en unas semanas. Iba a un estudio de baile por las noches algunos días de la semana. Cuando tenía tiempo libre y dinero le gustaba realizar pequeños cursos, que últimamente eran de repostería.

Se enderezó rápidamente cuando sintió las campanas de la puerta sonar. Vio que un chico de aproximadamente su edad iba entrando. Quedó asombrado por que alguien de su edad fuera a ese lugar, sobre todo por la hora. El chico miró hacia las mesas del lugar asintiendo antes de dirigirse hacia la caja.

— Bu-buenas tardes, ¿Qué desea llevar? — Felix se puso muy nervioso al tener al chico frente a él, era muy guapo.

— Hola, ¿Suele estar así de vacío el local?

El barista arqueó una ceja por la pregunta del pelinegro, cuestionando las intenciones del contrario.

— Vienen algunos clientes durante el día, pero no se llena.

Por 'algunos clientes' se refería al señor que iba de vez en cuando a comprar el café más barato y se iba a los minutos. El chico asintió a sus palabras mirando el menú.

— Quiero un americano por favor.

— ¿Lo quiere para llevar? — Felix esperaba que no se quedara, no le daba confianza.

moments || skzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora