Puedo sentir sus manos bajando por mi espalda desnuda. Su tacto es suave, débil, frío. Su respiración se mezcla con la mía, nos encontramos tan cerca que no puedo lograr ver lo que hay a mi alrededor. Toco su cabello rizado y oscuro, mientras paso mi mano izquierda por su espalda baja. Lo acaricio con delicadeza, pero empujo sus caderas con deseo y sin mucho cuidado.
Puedo escuchar su voz grave, como suspiros y gemidos que se pierden en el aire y dentro de su garganta para intentar no hacer tanto ruido.
El placer me invade, nunca antes me había sentido tan bien. Tan cómodo y contento, tan amado. Un nivel de excitación que no sabía que podía alcanzar. Parecía un sueño.
John...
John.....
¡JOHN!
Claro. Se trataba de un sueño.
Abrí mis ojos, mi vista se acomodaba y enfocaba en la silueta del hombre que aparecía en mis sueños. Medio desconcertado, volteé a ver el reloj. Eran las diez de la mañana.
Rosie. Rosie debía estar en la escuela. De hecho, su horario de entrada eran las ocho. Se había hecho demasiado tarde.
Me levanté casi inmediatamente. Mi vista se nubló completamente y perdí el equilibrio; sentí las manos de mi compañero de piso en mis hombros, guiandome al borde de la cama para poder tomar asiento.
—Siéntate. Ya llevé a Rosie por tí. Me despertó de una manera muy poco agradable. Tiene suerte de que la amo mucho.
—¿Qué? - apreté mis ojos con fuerza y volví a mirar a Sherlock.
—No te despertabas, así que fue a saltar a mi cama y hacer ruido en mi habitación. - Soltó un suspiro con una sonrisa casi inperceptible dibujada en sus labios. Se sentó a mi lado, acercando una taza a mis manos. —¿Café?
—¿Sin azúcar?
—Obviamente. ¿Quién te crees que soy?
Sostuve la taza entre mis manos, estaba caliente. El café apenas servido. Probé un sorbo y, mientras tragaba, recordé el sueño que acababa de tener. Tosí y pestañeé de manera exagerada, dirigiendo mi vista al suelo, con los ojos bien abiertos.
—¿Tan mal está?
—No, no es eso. Eeeh... -Lamí mis labios. —El café sabe bien. Está bien.
Sherlock sonrió. Se levantó de su lugar y caminó hacia fuera de la habitación, entrecerrando la puerta al salir.
—Te espero en la sala. Creo que tenemos un caso interesante para hoy. ¿Me vas a acompañar?
—Claro. Ya voy, ya voy. -Tomé un poco más de café y lo deje en la mesa junto a mi cama. Me puse unos pantalones, una camisa gris, mis zapatos, y salí de mi cuarto, no sin antes llevarme la taza.
Intenté ignorar lo que había imaginado en la noche. Borrarlo de mi mente. Me senté en mi sillón, viendo como Sherlock buscaba algo entre una pila de hojas, probablemente tenía que ver con el caso que me había mencionado antes.
—Alguien vino en la noche y deslizó una nota por debajo de la puerta. Cuando abrí, no había nadie. ¡Aquí está! Mira. - Se acercó a mí y dejo la nota entre mis dedos, se sentó en frente mío, apoyando sus codos en sus piernas. Apoyé mi café sobre la mesita que tenía en frente y presté atención a lo que decia aquella nota.
"Sr. Holmes
Necesito su ayuda. Necesito que me encuentre en el callejón más cercano, creo que ya sabe a qué me estoy refiriendo.
He leído su blog, y creo que usted es la única persona que puede darle una solución a mi problema. Le contaré los detalles cuando venga, mañana, a esta misma hora. Lo estaré esperando. Venga solo.
—Victoria Ruiz."
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Está Bien. (Johnlock)
Short StorySí, un fanfic Johnlock en pleno 2022. John y Sherlock han vivido algunos años juntos en 221B Baker Street, junto a la pequeña Rosie. Los sentimientos del doctor por el detective se están haciendo cada vez más obvios, y eso le quita la tranquilidad...