Esta es la historia de un rubio que tuvo que pedir a alguien que sea su novio, pero las distintas situaciones por las que va a atravesar le enseñaran el verdadero significado porque para decir algo hay que verdaderamente sentirlo
El rubio mueve su pie nerviosamente y muerde el lápiz que tiene en sus manos, las preguntas son tan fáciles de escribir, pero difíciles de responder porque es más fácil responder una pregunta que no tienen nada que ver contigo que cuando respondes a preguntas en las que te tienes que ver como si fueras un tercero
—¿quién soy?— el papel solo tiene las preguntas —soy Jimin, de 21 años amantes de la paz y la tranquilidad, amantes de la perfección, un obsesionado con algo que se propone, soy alguien con miedos como el de dormir, el de comer y el engordar— responde en ese espacio que antes estaba en blanco —¿qué quiero?... saber si me gustan los hombres y saber qué es lo que siento por Jungkook porque solo sé lo que causa en mi, ¿qué espero?, saber si me conozco bien— una vez que respondió eso vio sus respuestas y le pareció que faltaba algo —¿qué es lo que Jungkook me hace sentir?... me hace sentir más seguro, querido, tranquilo, en paz, me hace preocuparme en si esta bien, me hace hablar y lo extraño cuando no esta a mi lado o los días que no nos vemos... y me gusta besa...— se calla notando claramente que dos personas que no se gustando se besan a diario o que se dan hasta dos besos al día, y ni siquera es Jungkook quien lo hace, sino que es él mismo quien da la iniciativa —¿acaso esto es amor?—
Busca su celular y acude a lo que lo puede ayudar en estos momentos, si Google se puede utilizar para buscar cosas hasta para identificar enfermedades, ¿por qué no usarlo para lo que necesita en estos momentos?
—¿Cómo identifico que estoy enamorado?— repite lo que va escribiendo y antes de pulsar buscador siente un frío recorrer todo su cuerpo
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—...no, no— se levanta sintiendo que su corazón se le puede salir del pecho, se estremece y parece que su cuerpo se quiere dejar vencer por el miedo extremo —n-no, Ju...gkook, no p-pued-e, esto no es posible, esto no, a mí no me esta pasando... y seguro es porque Jungkook me molestaba tanto y mi cuerpo adopto esas costumbres y nada más, eso es... tengo que tener más salidas con chicas y me van a gustar y de mi mente desaparecerá Jungkook— se mete y se fuerza a dormir con pastillas para evitar pensar en eso que descubrió y que cree erróneo
Lamentablemente, no hay peor ciego que el que no quiere ver
Al día siguiente Jimin tenía un partido y este ya era como el tercero que su equipo había tenido y en todos había salido exitosos y Jungkook lo había ido a alentar
—Jimin, solo nos faltan dos partidos por ganar ganar, estoy muy feliz y no me lo puedo creer, aunque también me dijeron que los de Ingeniería y Agricultura están muy fuertes, si ganamos hoy ante Agricultura nos queda enfrentarnos al equipo de tu novio— Jimin lucía perdido y solo escucho que le mencionaron tu novio y se paró de su sitio
—¡no es mi novio!— dijo sin controlar el volumen de su voz
—¿y por qué guardas sus fotos?— le pregunta uno de sus compañeros de equipo mostrando unas imágenes
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