Tᴇʀᴄᴇʀᴀ ᴊᴜɢᴀᴅᴀ...

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A petición del chico bajito, fueron adentrándose entre las personas, sintiendo sus cuerpos ser presionados por los de otros, sus pechos se sentían a asfixiar, pero a la vez era emocionante estar así

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A petición del chico bajito, fueron adentrándose entre las personas, sintiendo sus cuerpos ser presionados por los de otros, sus pechos se sentían a asfixiar, pero a la vez era emocionante estar así.

No querían tomar o ingerir algunas sustancias que te ofrecían a montones, solo estaban felices de estar uno detrás del otro caminado hacia la salida.

Disfrutaban de bailar entre las multitudes, mover sus cuerpos a compás de la música mientras se extasiaban de aquella caliente sensación que erizaba su piel.

Pero hoy no era el día, era mejor salir y disfrutar de aquel silencio de los suburbios dormidos por el agotador día. Escuchar aquellos grillos cantarle a la luna y pequeñas luciérnagas se podían ver entre los árboles.

Era mejor ese espacio.

Caminaban uno a lado del otro, sin formular una sola palabra, solo escuchando sus respiraciones tranquilas y relajantes. Solo ellos dos.

Pasaban entre las banquetas jugando levemente a no pisar la ralla, con unas lindas sonrisas adornando sus rostros.

Un pequeño quejido derritió aquella atmósfera calentita. Podían venir de un animal. Se acercaron a donde provenían aquellos ruiditos, no era nada más ni nada menos que un lindo perrito afuera de un callejón.

El primero en agarrarlo fue Hyunjin, cargandolo en sus brazos con preocupación de que tuviera frío. No se apreciaba a que estuviera lastimado. Solo era el miedo de la oscuridad por la noche.

El alto estaba eternamente entretenido calentando su cuerpesito con caricias y abrazos, apreciándose de una manera tierna y aniñada.

— Te ves muy lindo en esa posición.— Dijo el chico pecoso sin pensarlo, la ocasión lo ameritaba, esta noche no había barreras para la honestidad

— Gracias —. Apenado, contestó bajando un poco la cabeza ocultando sus ojos nerviosos entre el pelaje del animal. Solo enfocándose en el.

— ¿Qué haremos con él? —. Cuestionó con curiosidad, el no podía llevarlo a casa, su madre era alérgica a los pelos que soltaban los pequeños animalitos. Definitivamente no sería una opción.

— Creo que lo conservaré, pero no puedo cuidarlo yo solo siempre, ¿quieres ayudarme a hacerlo? — Podían ser solo amigos, pero solo querían tener un pretexto más para estar juntos. Tener algo que los uniera más de lo que ya lo estaban. Una indirecta para ser más cercanos.

— ¿Yo?, pero no puedo llevarlo a casa.

— De eso no te preocupes, yo lo llevare conmigo, solo ayúdame a darle amor, como si fuéramos ambos sus... padres —. Susurró con vergüenza esa última palabra, queriendo dejar en claro cuál era su punto.

— Me encantaría tener ese honor.

Sus ojos se miraban atentamente, como si fueran la mejor película taquillera. Solo ellos, un perrito y la soledad de las calles.

Un escenario perfecto para ellos. Tan perfecto que era su lugar anhelado para dar su siguiente paso, paso que ambos esperaban desde hace ya mucho tiempo.

Se inclinaron lentamente hacia el contrario con una bella sonrisa en sus labios. Sabían lo que querían, y estaban seguros de que sería mutuo.

Juntar sus labios hasta que el ladrido de perro los interrumpió, fue la mejor decisión que pudieron tomar. Claro, aparte de su nueva mascota.

Así, sin que supieran, dieron vuelo a que las piezas blancas dieran un par de pasos más. Casi completando su dichoso triunfo

 Casi completando su dichoso triunfo

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No sé que es esto, pero me gusta.

Jixia 🐥 💌

Y sɪ... [Hyunlix]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora