Unto en mis manos gracias plenas y dolores varios que he extraído de lomos ajenos.
Exponer mi ser al limbo me apasionada.
Tengo mi cuerpo rentado.
Mis senos son mi único equipaje.
Mi motor corporal está al desnudo de prosas y versos que me asquean.
Tenue son mis noches más amargas y oscuras.
Suspiro.
Nadie sabe cuánto tiempo te he esperado y los castigos que me das por amarte.
Sigue habiendo en mis manos la perspectiva de un te quiero.
Tu miel revoluciona mi tacto.
Haces que las estrellas en mis ojos se quiebren.
¿Sigo envuelta en una nube gris por causa de mis cegueras?
El río de la vida me deja en un puerto abrigado.
Pero sigo aquí muriendo con las manos tibias.