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¿Papá?

Las imágenes ante mis ojos eran borrosas, y simplemente no podía apreciar nada de manera clara.

Me miró... pero simplemente se fue.

No era tonta. Quizá muy pequeña, pero entendía lo que sucedía... nos estaba abandonando.

Una lágrima resbaló por mi mejilla, pero los llantos de Saburo llamaron mi atención. Lo tomé entre mis brazos y lo cargué. Jiro abrazo mi cintura asustado, e Ichiro me miraba confundido.

Ahora solo nosotros somos una familia, ¿si?—digo mirándolos, pero no soy lo suficientemente fuerte y me suelto a llorar.

Hatsu... ¿que pasa con papá? ¿Por qué se fue?

Eso no importa. Ahora somos nosotros— grité entre lágrimas —Sólo somos una familia de cuatro... yo los voy a cuidar... todo estará bien, ¿de acuerdo?

Ichiro pareció comprender. Pues asintió abrazándome al igual que Jiro, quien aún se notaban un poco confundido.

Mi padre se había ido. Nos había dejado a nuestra suerte. A mi y a mis hermanos pequeños. Ahora yo tenía que hacerme cargo de 3 niños, porque por supuesto que no los dejaría a su suerte.

Fueron días difíciles, por lo menos hasta que encontramos refugio en un orfanato en Ikebukuro, el cual era dirigido por un hombre llamado Housen Genchou. Fue bastante amable al recibirnos y por el trato que tenía con mis hermanos, ellos no pudieron evitar comenzar a llamarlo papá. Yo la verdad prefería mantenerme al margen llamándolo señor Gen. Ichiro también lo llamaba así.

Pasaron un par de años. Trataba de educar a mis hermanos y que crecieran en un ambiente que les favoreciera.

Jiro se volvió muy bueno en el deporte; Saburo era un genio en cualquier ámbito escolar. Justamente hoy estábamos celebrando sus campeonatos. Jiro de Fútbol y Saburo de Matemáticas.

Ichiro... de alguna manera, estaba en su etapa de rebeldía.

—¡Ichiro!— el señor Gen lo llamó y comenzó a cuestionarlo sobre por qué no estuvo en el festejo de sus hermanos. Ichiro por supuesto le respondió y no fue algo del todo agradable.

Mis pequeños corrieron a él y trataron de consolarlo.

—Oigan, no insulten a su hermano.— yo les di un golpe.

—Hagan caso. Vayan a seguir con la celebración. Yo hablaré con Ichiro.

Ellos se fueron y yo me dirigí a nuestra habitación. El señor Gen habia sido muy amable al dejarnos quedar los cuatro en un solo cuarto.

—Ichiro, ya hablamos sobre esto— murmure dando dos golpes a la puerta. De inmediato abrió. Sabía que odiaba que cerrara la puerta —Jiro y Saburo te estuvieron esperando hoy— dije entrando y yendo hasta la cama donde él se encontraba.

—¿Qué importa? Son tonterías...

—Oye. Ambos pequeños se están esforzando mucho para sobresalir. ¿Por qué no haces lo mismo? Seguramente serias un gran rapero. Tus letras son buenas.

—Como si rapear sirviera de algo...

—Vamos, es un arte. Eres bueno en eso, Ichiro. Deberías aspirar a más.

—¿Por qué tú no me odias como ellos?— sonrei abrazándolo.

—Tú hermana mayor no podría hacer eso. Ustedes son todos para mi... Ichiro...— tomé su rostro y lo hice mirarme —Todo va a cambiar. Dentro de poco cumpliré 21 y podré llevarmelos de aqui, sólo aguanta, ¿si? Conseguí un trabajo de medio tiempo, eso nos ayudará a irnos.

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⏰ Última actualización: Mar 18 ⏰

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