Capítulo 3

4 0 0
                                    

Quince minutos transcurrieron para que el chofer arribara a la residencia Roux, varias hectáreas de campo sobresalían a simple vista, agregándole esa inmensa mansión al final del recorrido. Era la casa de ensueño de la pelirroja, estudiando en el preescolar la maestra les había pedido dibujar la casa de sus sueños, y por supuesto que Alaska coloreo una enorme con estilo europeo, con varios diseños de los dioses del olimpo, más una gran extensa de hectáreas de campo para así poder tener varios caballos o canchas de deportes.

Su vati adoro con locura que ella dibujará algo demasiado específico, tanto que mando a cumplir el sueño de su princesa, convirtiéndola en una mansión donde ahora residen desde hace más de cinco años. No se mostraba ningún automóvil de sus hermanos o de su papá, por lo cual todavía no tenía que dar información ante el invitado tan inesperado. Alaska le tendió su mano a Jimin para que este pueda bajar, el pelirosa la acepto entrelazando el agarre, adentrándose con ella a la enorme casa.

Los ojos de Jimin parecían querer salirse ante la imagen de aquella enorme casa, desde pequeño siempre soñó con vivir algo parecido a esto, tal vez y es por eso que hacía inconscientemente horas extra en el trabajo, quería costearse un loft lujoso sin la necesidad de pedirle ayuda a sus papás o al banco. El pelirosa quería creer que si lo hubiera podido conseguir por su propia cuenta antes de haberse enredado aquella noche con el gerente Min, todavía puede lograrlo, y más que un hermoso bebé está creciendo constantemente en su vientre, uno que viene a alegrar más su vida miserable.

Debía admitir que se sentía perdido de la vida, no encontraba un propósito para seguir viviendo, su bebé no debería de nacer en su situación actual, un pelirosa desempleado que no tiene para comprar una buena comida o tan siquiera una prenda de vestir hogareña.

Alaska guio al pequeño Jimin directo a su habitación, claramente el chico tiene que descansar, ha pasado por una montaña rusa de emociones, alrededor casi de una o dos horas, su cuerpo necesita descanso y más ahora que viene con un bebé. Abrió la puerta dejando que el chico entrase primero, oliendo aquel nívea que desprende una flor en específico, más no sabía cuál predominaba a su alta mayoría, siempre ha quedado enamorado de la dulce esencia que desprenden las gardenias, es una combinación de madera fresca con lavanda.

- ¿Por qué no duermes un rato? Tu cuerpo necesita descansar, has pasado de una baja de emociones el día de hoy, le hará bien al bebé que duermas y te relajes – murmuro la pelirroja alzando las colchas de su cama, indicando una grandiosa vista de la cómoda cama sin ninguna separación de por medio, sin duda que Jimin se sentía dentro de aquel sueño, uno donde se transportaba a otra dimensión donde él era millonario.

- ¿N-no te molestaría? Solo descansaré un rato pequeño y después partiré de regreso a mi casa – pronuncio Jimin sumamente cansado sin poder decir una palabra más coherente.

Se deshizo de sus zapatos subiéndose a la cama con ayuda de la pelirroja, ahora su nueva amiga. Tomó camino a la parte de en medio, alejando cualquier rastro de dolor en su espalda baja por el estrés y cansancio. Alaska sonrió pasando una cobija encima del cuerpo del pelirosa, cubriéndole lo suficiente, así no llegué a sentir frío por el aire acondicionado empezando a ventilar la habitación.

La pelirroja deposito una pequeña nota al lado del mesón de noche, donde dice que cuando despierte baje directo al comedor de la casa, ahí ella estará atenta esperándolo para cenar algo delicioso que la señora Kang prepare para toda la familia. Cerró la puerta con mucho cuidado a que la acción no ocasione un ruido fuerte, lo que menos quiere es que Jimin se despierte y después de casi rogarle y obligarlo a venir con ella, se vaya sin despedirse, entiende que probablemente sienta miedo, más Alaska solo quiere protegerlo del mundo cruel allá afuera.

Su intención es ayudar al pequeño chico de mejillas regordetas a salir adelante, su corazón vibra ante un sentimiento de calidez cuando lo mira cuidar su vientre con todas sus fuerzas de cualquier agresión. Lucía tan vulnerable encerrándose a la probabilidad social, lo mismo había sucedido con Dylan, su única amiga era ella, se cerraba mentalmente a intentar entablar una conversación con alguien extraño, tal vez y ese fue uno de los motivos que llegó a tomar aquella decisión de acabar con su vida, sabe que han pasado varios años, más todavía no capta porque lo hizo.

DIFFERENT PATHSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora