Capitulo 1

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El patriarca miraba con cierta seriedad a los caballeros frente a él, se suponía que por eso habían viajado a Japón con Saori, para ayudar a los de bronce con su cuidado.

A pesar que después de la tregua entre dioses ya no había amenazas, no debían descartar algún inconveniente con algún dios, por eso mismo se preguntaba, quien había sido capaz de burlar la vigilancia de los caballeros y secuestrar a Athena.

- No lo voy a preguntar una vez más. - hablo Shion con seriedad a los caballeros - ¿Dónde desaparece el cosmos de la señorita Athena? -
- En el pozo de una vieja capilla ubicada en un templo. - Mio respondió de manera nerviosa - Por eso le pedimos que viniera enseguida. -
- ¿Y que esperan para ir a buscarla? - el patriarca grito con algo de impaciencia - Así tengan que lanzarse a ese pozo, háganlo. -
- ¿Cree usted prudente que hagamos eso? - la cuestión de Camus era algo común una cosa era enfrentarse sin miedo a un enemigo, pero otra muy diferente, lanzarse a un pozo que probablemente te llevaba a alguna otra parte. - Considero que... -
- Están aquí tres de los caballeros mas responsables. - el patriarca interrumpió  bruscamente y dirigiendo su mirada hacia Mu, Camus y Shaka - Si no quieren que haya consecuencias, se avientan a ese pozo y traen de vuelta a Athena. ¿Quedó claro? -
- Si su santidad. - respondieron los seis caballeros de oro ahí presentes. -
- No puedo creer que en ausencia de los de bronce, burlaron la seguridad de ustedes.  - dijo Shion mientras se ponía de pie. - Y si me van a pedir que vuelva a dejar solo el santuario para venir aquí, espero que sea porque ya encontraron a la señorita Athena. -

DeathMask y Aioria prefirieron mantenerse al margen, últimamente su reputación no era muy buena, por eso solo hablaron para decir que la orden del patriarca había quedado claro para ellos.

.......

- ¿Creen que sea seguro entrar ahí? - DeathMask pregunto mirando el pozo - Se ve... Lúgubre. -
- Los bares a los que te hemos ido a sacar se ven aun más lugubres. - respondió el guardián del sexto templo.
- Buen punto. - volvió a responder el canceriano.

Habían logrado burlar al sacerdote del templo, y es que, tras estar toda una hora escuchando la historia del templo, y después de que se fueron uno por uno, fue como pudieron llegar a la vieja capilla.

Se debatían en quien saltaría primero, si, su lealtad estaba con Athena, pero no sabían si ese pozo los conduciría a una muerte segura, y ya no querían desperdiciar más oportunidades.

- ¿Por qué tengo que ir primero yo? - Aioria protestó ya sentado en el borde del pozo. - Ni siquiera lo dejamos a la suerte. -
- Ya muévete. - Exclamó Milo mientras lo empujaba para poder saltar él.

Después de empujar a Aioria y ver qué, relativamente, no pasaba nada malo, fueron saltando uno por uno, hasta que al final salto Camus.

Cuando salió de ahí, se encontró con que estaban en un lugar completamente diferente, estaba totalmente rodeado de naturaleza, él y sus compañeros se quedaron mirando al rededor.

- Hay que movernos, parece que aquí también está por meterse el sol y no sabemos en qué lugar estamos. - las palabras de Mu llamaron la atención de todos.

Con Aome

Era un día más que normal en la época antigua, bueno, lo que Aome consideraba normal desde ya hace cuatro años, buscar la perla, intervenir cuando Inuyasha molestaba a Shippo, tratar de que Naraku o alguna de sus extensiones no los asesinara.

Y aunque minutos antes sintió como si algo o alguien hubiera atravesado el pozo, lo dejo pasar, creyó que solo se trataba de su imaginación. Pero hubo algo que captó la atención de la joven sacerdotisa, no sólo de ella, sino también la del monje Miroku, se trataba de un poder sagrado tan fuerte, que incluso sintieron un poco de esa calidez, si no fuera porque se dieron cuenta de que Kagura llevaba a una mujer inconsciente, se habrían quedado así.

- ¿Saori Kido? - la pregunta de Aome era más para ella misma que para sus amigos. - Si, esa es Saori Kido. -
- ¿Quien es Saori Kido? - Sango pregunto con curiosidad ante lo dicho por su amiga.
- No la conozco en persona, pero se que en mi tiempo, es una persona con mucho poder. - fue lo único que Aome se litñmiro a responder.

Tal vez Kagura no los había visto, o los estaba ignorando de manera deliberada, pero aprovecho eso para lanzarle una flecha, la cuál logro herirla, y hacerla que en un descuido, dejara caer a Saori.

Al ver esto, Sango y Kirara fueron a atrapar a la de cabellos lilas, mientras que Inuyasha se enfrentaba a Kagura.

En otra parte, los caballeros sintieron una ligera explosión de poder, y cerca de este mismo, un ligero rastro del cosmos de Athena.

Corrieron usando la velocidad de la luz, y en poco tiempo llegaron al lugar donde sintieron esa explosión de energía, encontrándose con una escena peculiar, una mujer, enfrentando a un raro sujeto con orejas, estaban por intervenir, pero desistieron cuando la escucharon.

- No se metan en esto, estúpidos, necesito a esa mujer con vida. - Exclamó Kagura después de esquivar el segundo ataque.
- Kagura, ella viene de mi tiempo.  - hablo Aome, llamando la atención y poniéndose en guardia. - Si tú o Naraku lograron ir a ese lugar, no te dejare ir así como así. -
- Tú no te metas, estúpida. - grito la demonesa de los vientos al tiempo que atacaba.

Cuando los caballeros se dieron cuenta de que esa mujer a quien llamaron Kagura estaba por atacar a la de cabellos azabache, no dudaron en actuar, Shaka y Mu fueron a cubrir a Athena y a la castaña que cuidaba de ella.
Mientras Aioria y Milo fueron a atacar a Kagura.

En cuanto a Aome, ya era tarde para que corriera, e Inuyasha no podría alcanzarla a tiempo, pero todo paso muy rápido, solo sintió el tirón en su ropa y como alguien la abrazo, mientras una pared de hielo apareció frente a ella, la cuál, sólo se agrietó con el ataque de Kagura.

- ¿Estás bien? - pregunto el hombre frente a ella en cuanto vió que el ataque no le había hecho mucho a su pared de hielo. -
- Estoy bien. - respondió la azabache aún algo asustada. - ¿Quien eres tú?
- Podría preguntar lo mismo, un humano normal jamás podría cruzar por ese pozo, y estoy seguro de que tú lo hiciste. - el acuamarina la miraba con curiosidad y algo de sorpresa, que rápidamente disfrazo con su expresión seria.

.........

Les traigo una nueva historia, ya me la habían pedido y creo que me tarde un poco, espero les guste.

Amor con hielo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora