Más que una Amiga

- ¡¿Tienes alguna idea de cuántas normas rompiste allá adentro?!

Cada año, la misma maldita historia. Sunny entra sin supervisión e interrumpe la reunión anual de Canterlogic y termina en un desastre. Como el Sheriff, cumplo mi deber y la pongo en su lugar, pero como su amigo, le suplico que el siguiente año no se repita.

Y como siempre, ella hace una promesa vacía que rompería el año siguiente. Desde hace años es la misma historia, y siempre lo dejaba pasar porque yo era el único amigo que le quedaba en Bahía Yeguamar. Pero lo que pasó hoy, eso fue el colmo, ya no se lo puedo permitir.

- Seguro tú me lo vas a decir - se quejó Sunny, mientras cerraba su puesto de batidos

- De hecho esta vez, ¡No puedo! ¡Son demasiadas! - exclamé exaltado - Intenté prevenirte. ¡No puedo estar relacionado con una pony que rompe todas las reglas y causa caos a donde va! ¡Soy el Sheriff!

- ¡Exacto! Otros ponis te admiran mucho, puedes ayudar

Fruncí el ceño y pasé un casco sobre mi rostro, ya estaba cansado de escuchar esto siempre.

- La ley es la ley Sunny, y yo estoy para resguardarla y cuidar a todos los ponis

- ¡Ajá! Dijiste a todos los ponis, eso incluye a los pegasos y unicornios - dijo ella con una sonrisa

Y ahí va de nuevo con esas fantasías de unir a todas las razas. ¿Que nunca se cansa?

- Ya basta Sunny - le supliqué - ¿Qué creerías que iba a pasar? Que darías tu sermón, ¿y qué? ¿El mundo recibiría mágicamente a unicornios y pegasos en Bahía Yeguamar?

Ella no respondió, pero su mirada decayó un poco y su sonrisa desapareció. Sentí que el corazón se me encogía y comenzaba a arrepentirme, pero le decía la verdad, y me gustase o no, ya era hora de que Sunny despertara de aquel sueño.

- Siempre dices que no hay nada que temer, demuéstralo

Sunny se quedó callada ante eso, mirando algo apenada al suelo. Suspiré con pesar y me acerqué a ella con ojos cansados.

- Todo eso de la unidad entre ponis, es un cuento infantil falso contado por tu papá, te guste o no así son las cosas, y así serán siempre

Sunny alzó su mirada y bajó sus orejas. Me odiaba a mi mismo, pero no quería que ella se metiese en más problemas, no quería que la siguiesen despreciando por un cuento infantil, y si esta era la única forma de hacerla despertar, que así sea entonces.

- Soy el último amigo que te queda aquí. ¿También me quieres perder?

Y ahí fue cuando comencé a golpearme mentalmente tantas veces que no alcancé a contar. Su expresión quebrada, su mirada llena de angustia y dolor, me partieron el alma. Crucé la línea, incluso si lo hacía por su bien, me pasé de la raya y la lastimé. Yo, su supuesto amigo de la infancia, que juré cuando éramos potros protegerla sin importar lo que dijesen los demás, que le prometí nunca herirla y no dejar que la hirieran tampoco, yo la lastimé, y no la protegí de esos comentarios hirientes como en los años anteriores.

Suspiré pesadamente y me alejé de ella, en parte porque tenía que volver al trabajo, pero también para no herirla más de lo que ya lo había hecho. Rompí una promesa que había mantenido desde que se la hice, y ahora me sentía como un monstruo. Yo siempre fui el único que nunca trató de hacerla menos solo por sus creencias, fui el único que la acompañó en sus momentos más difíciles cuando los demás le dieron la espalda. Incluso le ofrecí mi hombro para llorar cuando su padre murió, y reafirmé mi promesa de no dejar que nadie la lastimase...

Vaya "héroe" estoy hecho, ¿no? A ojos de los demás puede que hiciera lo correcto, pero a como yo lo veo lastimé a una pony llena de optimismo y esperanza, una chispa que la caracterizaba y que yo le había arrebatado con mis palabras. ¿Tendría que haberme detenido cuando le dije que la unión de los ponies fue inventado por su padre? Eso tal vez le habría dolido, si, pero conociéndola se recuperaría y actuaría como si nada hubiese pasado, pero tenía que seguir hablando. ¡Bien hecho, Sheriff Hitch! Excelente trabajo...