2.

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Recuerdo los labios de Jeon aquella noche que estuvimos solos, el sabor a vino se mantenía en su boca, me impregnaba como una botella de perfume rota en el suelo. Mis labios sin dudarlo se unieron a ese embriagante sabor, sentía que encajaban a la perfección. Su mano poco a poco se deslizó por mi cintura, acercándome, atrayéndome hasta su figura.
Lograba sentirme más pequeño a pesar de ser dos años mayor.
Jungkook comenzó a guiarme en un sutil movimiento hasta su regazo. Pronto estaba sobre sus muslos sin alejarme de sus cerezos un solo momento. La falta de aire no era un impedimento para seguir besándolo.
Sentí mi piel erizarse ante su frío tacto bajo mi camisa, provocando que mi boca se abriera en un suspiro permitiéndole al aire entrar a mis pulmones.

Jeon sonrió satisfecho de haber logrado aquello conmigo lo cual coloreó de carlín mis mejillas.

– Deja de sonreír así.

– ¿Por qué? – Alzó una de sus cejas.

– Porque me pones nervioso.

– ¿Y eso te molesta?

Era un descarado, fruncí el ceño dándole un golpe suave en uno de sus hombros.

– Bésame, Jeon Jungkook.

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