Sonó el despertador, con la canción Weightless de All Time Low . Estiré el brazo y cogí el móvil, desenchufandolo del cargador. Pulsé el botón de pause y lo dejé otra vez sobre la mesa.
Volvió a sonar 5 minutos más tarde. Y después, otra vez. Sonaba por toda la habitación la canción de Do i wanna know? de Arctic Monkeys . Era la señal. Cogí el móvil por tercera vez y paré la alarma. 06:48.
-Mierda. -Susurré.
Di un salto y bajé de la cama, abrí la puerta y salí descalza por el pasillo. Me dirigí a la cocina, donde mi madre preparaba cafe y tostadas. Cogí dos tostadas, un zumo y un yogur. Odio la leche. La odio. Me senté en el sofá y me lo comí sin prisas. Recogí y lo llevé de nuevo a la cocina. Apenas hablé con mi madre, por la mañana no soy especialmente simpática. Fui a mi habitación, saludando a mi padre por el pasillo. Cerré la puerta. Hice la cama y me vestí con lo primero que encontré: Unos vaqueros claros y una camiseta blanca y negra de mi hermano. Me fui al baño, mientras me ponía mis roshe run negras. Entré en el baño y me recogí el pelo en un moño para arreglarme mejor la cara. Terminé de tapar mis ojeras lo mejor posible y me solté el pelo de nuevo. Me peiné y me planché las partes más rebeldes de mi bicolor cabello. Si, californianas.
-Vamos María, date prisa! -Dijo mi hermano, Nico, dando golpes en la puerta.
Me miré al espejo. Y salí. Volví a mi cuarto y me puse colonia de Vainilla, cogí la mochila y fui a despedirme de mi padre. Me metí en el coche con mi madre y mi hermano y fui al instituto, mientas sonaba Beautiful to me, de Olly Murs.
A las 07:56 me bajé del coche en casa de Lucía, mi mejor amiga y llamé a su portal.
-Hola, ¿María? -Dijo su hermano mayor, Alvaro.
-Si, hola -Dije sorprendida.
-Ahora bajamos, no te vayas. -Dijo en tono vacilón.
-Lo intentaré, estúpido.
¿Desde cuándo tenía tanta confianza con el hermano de Lucía? Nos sacaba dos años, y era alto y fuerte. Bastante guapo, la verdad. Unos minutos después bajaron Lucía, su madre Carmen, su hermana pequeña Elsa y Alvaro. Carmen se fue a llevar a la pequeña de la casa al colegio, mientras los demás fuimos hacia el instituto, hablando y bromeando. Cuándo llegamos, Alvaro se fue a otro bloque y Lucía y yo subimos a la clase de Biología.