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Ojos azules profundos como el océano Atlántico, sonrisa deslumbrante y cabello de oro.

Aquel joven llamado Deidara se había unio al ejercicio por la gran guerra, dejo a su abuelo en Francia para embarcarse a la flota de Reino Unido, aliado de su país. Aún así, no tuvo muchas objeciones al momento de hacerlo.

Poco a poco se acostumbro a su nueva rutina cotidiana, la comida era insabora y su cama era incómoda. En cuanto acabo su breve entrenamiento de lo que sería la verdadera guerra.

Cuando llegó al pelotón, noto que ya había varios soldados.

Al inicio trato de ser amable con todos, pero sin duda la guerra no los hacía tan amigables.

Y en el poco tiempo que logro hacer compañeros a los cuales les confiaría su propia vida, empezaban a morir.

Entre ellos estaba alguien que destacaba, cabello fuego y ojos ceniza.

Sasori, había escuchado eso de sus superiores, ese era su nombre. No era alguien quien hablara mucho.

Pero trato de una o otra manera de poder acercarse.

Las entregas de cartas eran cada fin de mes. A él siempre le llegaban cartas de su abuelo, ya que era la única persona viva, que no fuera él, de su familia.

—¿Puedo saber de quién es la carta?

Fue la primera vez que le hablo fuera de una misión.

Sasori simplemente rodó los ojos para mostrar el contenido, en dónde se mostraba una hermosa letra profetizando amor a su destinatario y firmado como Amelia White.

—Mi prometida.

Acabo de decir para volver a guardar la carta en una caja donde se veían más.

El joven inmediatamente se sorprendió para pasar a sentarse a su lado y lanzarle Miles de preguntas hacerca de ellos dos.

Los días pasaban entré armas, muertos y lisiados.

En el tiempo que la guerra pasaba ambos empezaron a entablar una conversación más cotidiana.

Sasori tenía gran estima a ese joven rubio, siempre lo hacía sentir más seguro y con esperanza.

Las cartas como siempre a finales del mes llegaban. Hasta que en un mes no llegaron, fue extraño.

Deidara se había percatado de aquello, por ello decidió sentarse a su lado y poder platicar.

—Sabes — la persona a su lado le mostró interés —Mi abuelo y yo tenemos un rancho, hay animales y también cosechamos.

Hablo con tanto entusiasmo que Sasori no pudo ocultar una sonrisa.

—Un día deberías de llevarme a verlo.

—¡Claro! — no dudo en confirmar —Cuando la guerra acabe será lo primero que haremos.

—¿Es una promesa?

—Lo es — dijo llevando su puño a su corazón.








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De regreso estoy :3

Está será una mini historia, por lo que solo me centraré en el desarrollo que quiero dar a la pareja.

Los jAmo ❤️

Eyes Blue Like The Atlantic | SasoDei Donde viven las historias. Descúbrelo ahora