II

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Las cartas poco a poco dejaban de llegar. Sin embargo, Sasori no mostró disgusto alguno.

Amelia White, había dicho en una de ellas que se mudará a la capital, para así conseguí un mayor sueldo como secretaria del ministro.

Deidara no quería hablar mucho de ella, tampoco escuchar mucho de ella. Era feliz con hacer feliz a sus compañeros, y más si lograba sacar una sonrisa al pelirrojo.

—Nunca te lo he preguntado — obtuvo la atención de Sasori —¿Por qué tú cabello es rojo?

El suspiro y dió inicio a su respuesta —Mi padre también era pelirrojo, creo que talvez sea diciendo de una familia Noruega.

—¡¿Eres de Noruega?!.

—No, nací y me crié en Reino Unido.

El joven rubio pensó un poco el asunto y asintió.

—¿Tu eres francés verdad?

Oui.

Obvio que amaba hablar en francés para las demás personas pero pocas veces se lo pedían.

Sasori no sabía mucho del idioma.

[...]

El fin de mes había llegado y en la carta perteneciente a Sasori había un mensaje y una caja de Amelia White.

Deidara como de costumbre se sentaba a su lado y leía la carta de parte de su abuelo.

Se casa en primavera.

Enseguida voltio a ver al pelirrojo.

—¿Quién?

—La futura señora, Amelia Bristol.

En cuanto escucho el nombre supo de quién se trataba. Sasori ni se inmutó y abrió la caja donde se encontraba un pequeño anillo, con un diminuto diamante.

—Talvez me den algo por el.

Hablo mirando la pieza.

—Lo lamento tanto.

Abrazo a Sasori, al momento de mirar a los ojos ceniza descubrió una sonrisa.

—No tienes porque hacerlo.

—¿Pero?, Se iban a casar.

—Bueno, pensaba ya no hacerlo.

—¿Por qué?

—Asuntos.

Termino diciendo.

Aunque Deidara seguía abrazándolo no hubo objeción alguna de parte de Sasori, que incluso paso un brazo al rededor del cuerpo contrario.

Deidara en su interior sentía incluso un poco de alegría y decidió quedarse así hasta quedar dormido.

A la mañana siguiente ya se encontraba de nuevo en las filas tratando de sobrevivir.

En cuanto hubo un poco de paz decidió que era momento de abrir la caja que su abuelo de había mandado.

—¿Qué es eso?

Pregunto un soldado.

El joven no tardó mucho para abrir el paquete y mostrar que en su interior había una camara.

—¡Una camara!

Llamo la atención de varios en el campo donde descansaban. Pero, él solo llamo a los de su pelotón a alinearse para la foto. Y, a un soldado para que les tomara la foto.

Sus compañeros mostraron una cara sería. No obstante, él posó con una sonrisa perfecta y radiante.

Sasori, quien se encontraba a su lado solo hizo una sonrisa de media luna.

Eyes Blue Like The Atlantic | SasoDei Donde viven las historias. Descúbrelo ahora