Eren un chico de belleza inigualable fue criado en un hermoso núcleo familia. Su madre siempre le enseño los valores de una familia y lo hermoso que puede llegar a ser, mientras que su padre le enseño la importancia de expresar libremente sus sentim...
– hola, soy el chico de la fiesta de ayer, quería pedirte una disculpa si te llegue a incomodar. No recuerdo nada de lo que paso ayer, pero mis amigos me dijeron que te propuse matrimonio... –
—Anónimo—
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Es raro, sin duda ese era su único pensamiento, había visto demasiadas series y telenovelas —que le obligo a ver su madre— en donde esa clase de personas solo eran egocéntricas, narcisistas, pensaban que podían ganar lo que sea con su estúpido dinero interminable, su estereotipo de personas perfectamente acomodadas en la sociedad y que se revuelcan en dinero ya estaba bien establecido y ahora veía a ese castaño tan amable, tan amistosos, tan.... ¿Tan él? Que no lo creía. Simplemente había algo en el que le decía que esa solo era una máscara que posiblemente había usado para chantajearlo y ocultar su secreto de su madre, aunque claramente no la conocía. Pero... entonces ¿Por qué lo defendió?
Él no era mucho de creer lo que veía en la televisión, realmente prefería más las pruebas físicas y empíricas que el mismo podía experimentar, en lugar de creer en simples programas de televisión en donde la mayoría de los casos está alejado de la realidad —está siendo una gran razón por la cual eligió la carrera de medicina— no obstante, para nadie es un secreto que la carrera de medicina es sumamente cara, y no cualquiera puede entrar en esta, era lógico que se encontraría plagada de sanguijuelas que absorbían las riquezas de su familia —y realmente no los culpaba, si el tuviera esas cantidades absurdas de dinero haría lo mismo—, tantos compañeros en su universidad que se desafiaban y exageraban a diestra y siniestra sabiendo perfectamente que sus padres los podían ayudar a conseguir unos puestos muy privilegiados en cualquier empresa, haciendo a un lado el esfuerzo, desempeño y horas de estudio que él y otros compañeros tuvieron que pasar....
¿A cuántas reuniones familiares no tuvo que faltar para estudiar está carrera?
No es que no le hubiera gustado encontrar un pretexto para simplemente separarse de esas tediosas reuniones en donde probablemente su tío se la pasaría bebiendo hasta que cometiera una locura que sería el tema principal de la siguiente reunión en donde se repetiría el mismo proceso una y otra vez. No odiaba a su familia, para nada, le encantaba la monotonía que esta presentaba, pero le desesperaba lo relajados que se mostraban ante el mundo.
Y ahora, tras varios años en los que tuvo que aguantar a gente adinerada que se pudría entre sus paredes de oro llega el castaño siendo una enorme excepción.
Realmente no lo creía, debía tener al menos un defecto, algún capricho, algún deseo egoísta, algo. Después de todo hasta él lo tenía.
– entonces.... Quieres que la próxima semana te de tus vacaciones? – el azabache asintió a lo que le decía el castaño de grandes lentes – y ya?... – el azabache asintió – seguro que no quieres nada más? Bueno es que debo de admitir que hasta a mí me asusto la forma en la que te grite jejeje.... –
