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La primera persona en ingresar en la casa de los Abreo fue mi padre seguido de rose, Glenn, yo y mamá, esta última cerrando la puerta; una vez adentro todo estaba en silencio, rose solo subió las escaleras en busca de sus padres dejándonos a los demás en el la sala principal.

-Tienen que ver esto- dijo papá dándonos un papel envuelto que decía "Rose...", rápidamente lo abrí sin pensar, este decía:

"Querida Rose, sé que estas asustada, te entiendo hija yo también lo estoy, pero no tenemos tiempo, te escribo esta carta para que sepas que estamos bien, pero nos tenemos que ir, no nos dio tiempo de nada, todo está destruido, vamos rumbo a Atlanta, sentimos mucho no poder ir por ti pero como ya te dije no tenemos tiempo de nada, tenemos que mantener a salvo a jodie, sé que estarás bien con Joel y Anna, por favor cuídate, nos vemos en Atlanta, con mucho cariño mamá, recuerda que te amo, sé que estás leyendo esta carta porque mi corazón dice que estarás bien, me tengo que ir, los camiones del refugio nos dejaran te amo con toda mi alma".

No lo puedo creer, ¿están vivos? Me duele el hecho de que se hallan ido sin más, pero entiendo que deben cuidar a su pequeña solo que...

-No están- dijo rose bajando las escaleras mientras lloraba, cuando llego a mi lado yo solo la abrace acariciando su cabeza con mi mano libre, ya que en la otra tenía la carta, esperen ¡LA CARTA!.

-Rose encontramos esto- le dije separándome del abrazo y extendiéndole el papel, ella rápidamente empezó a leerlo mientras soltaba más lágrimas de las que ya tenía en su pálido rostro.

-Debemos irnos ya- dijo Glenn saliendo de la cocina - se han llevado las provisiones, estarán bien rose, pero debemos irnos a Atlanta, se acercan los infectados- dijo este haciendo que todos rápidamente saliéramos de la ahora antigua casa de los Abreo y abriéramos las puertas del auto entrando en él.

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El camino estuvo muy silencioso, supongo que cada uno estaba sumergido en sus infinitos pensamientos - ¿Falta demasiado?- pregunte rompiendo el silencio.

-De hecho, ya llegamos- dijo mi padre con un tono de alegría en su voz, rose y yo bajamos las ventanas del auto al escuchar eso, dejando que la brisa chocara con nuestro rostro, cerré los ojos disfrutando el momento, pero todo se desvaneció en el momento de abrirlos, lo que era antes la ciudad más poblada del estado de Georgia se encontraba completamente ¿vacía? Esto no podía estar pasando, ¿vacía? Pero, y ¿el refugio? ¿Las personas, la armada? ¿Dónde estaba todo el mundo?

-No puede ser- dijo mi madre rompiendo el ahora incomodo silencio, -¿Dónde está el refugio?- pregunto mamá al igual que yo en mi cabeza, bueno supongo que todos nos preguntábamos eso.

-No, no lo sé- dijo mi tío Glenn desconcertado.

-¡CUIDADO!- grito rose, haciendo que papá frenara en seco, ocasionando que todos demos un salto dentro del auto.

Cuando mire en la dirección que rose apuntaba pude ver a una persona, es un hombre de piel morena, un poco robusto, su cabello es negro, y se le puede visualizar un poco de bigote.

-Por favor no se vayan- dijo este hombre desconocido, papá solo le hizo una seña para que se acercara al auto, una vez llego a donde estábamos se subió en el auto, a mi derecha.

-¿Cuál es tu nombre?- pregunto papá al hombre.

-Soy Morales, juan morales- respondió este, dándome a entender que era mexicano -tengo un refugio a las afueras de la ciudad, allá esta mi familia, por favor si me llevan se podrán quedar, tenemos armas, la comida la buscamos de vez en cuando, sobrevivimos juntos.

-Está bien- dijo papá -pero créeme que donde sea mentira te arrepentirás.

Morales nos indicó por donde era su campamento, así que papa solo condujo hasta el lugar indicado.

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