Cuidando bebés - Nejiten

TROIS

Si Tenten no los castraba definitivamente Neji lo haría. Ambos castaños se habían regresando ya que cierto presentimiento empezó a surgirles. Buscaron al rubio y al pelinegro en la casa del primero, y no los encontraron, pero lo que si encontraron fue una nota con la dirección en la que debían de estar.

Al llegar su presentimiento se confirmó. Naruto y Lee estaban protegiéndose del lado contrario de una mesa, mesa la cual los separaba de ellos.

La castaña en verdad quería lanzarles su arsenal de armas, pero no podía debido a los dos bebés que se encontraban ahí presentes, así que se contuvo. Lástima que ese no era el caso de Neji Hyuga, el castaño respiró hondo mientras lentamente activaba su byakugan, en verdad se veía aterrador.

– Voy a repetirlo una vez más, ¿dónde están nuestros hijos? – si no le contestaban él iba a utilizar su puño suave contra ellos sin piedad.

– ¡Les contamos l-la verdad! – gritó Naruto, para ese momento Lee se encontraba atrás de él, utilizándolo como escudo de protección.

Neji, que estaba a punto de lanzársele, se detuvo cuando una suave mano lo agarró de su muñeca, volteó encontrándose con los hermosos ojos de su esposa, la cual, con una sola mirada le transmitió un claro mensaje "detente", el castaño soltó un suspiro liberando su frustración mientras desactivaba su técnica ocular.

Los otros dos contrarios le agradecieron silenciosamente con la mirada a la castaña, los había salvado de su, al parecer, muerte.

– No lo hago por ustedes – les dejo en claro. – Es solo que nunca llegaremos a nada si se matan entre ustedes –

– ¡Tienes toda la razón! – exclamó Lee. – Creo que debemos ponernos a buscar pistas de donde puedan estar –

Inspeccionaron cuidadosamente el lugar de los hechos, y no tuvieron que seguir buscando más ya que flashbacks inundaron la mente de la castaña.

– Ya se donde están –

•

En cuanto Naruto y Lee alcanzaron a los dos castaños se dirigieron al último lugar donde creían que serían ayudados.

Los cuatro presentes entraron, no sin antes tocar, a la oficina de la hokage, la cual como era de esperarse, tenía un montón de papeles acumulados en su escritorio.

La hokage alzó la vista encontrándose con ellos, y notando dos presencias más.

– Vaya, es una sorpresa que ustedes cuatro estén aquí, más porque acaban de regresar de una misión, ¿en que puedo ayudarles? – Tsunade tenía el presentimiento de lo que iban a preguntarle, más no dijo nada hasta que escuchó atentamente a Tenten contarle lo sucedido.

– Queríamos saber si usted nos podía ayudar... – finalizó Lee.

– Les seré sincera – miró a los cuatro directamente a los ojos. – Jamás en mi vida los había visto, y no creo que sean de alguien de la aldea, sino ya hubieran preguntado por ellos – La ojimiel pudo ver la decepción surcar el rostro de los presentes. – Lo que puedo hacer es hacerles unas pruebas sanguíneas para verificar quiénes son sus padres –

– ¡Genial! – exclamaron Naruto y Lee al unísono.

– Me parece bien – contesto Neji.

– ¿Cuándo se las realizaría? – preguntó Tenten.

– Tendría que ser dentro de una semana – suspiró frustrada. – Ahorita tenemos demasiados papeles que firmar, pero tengan por seguro que los ayudaré – les sonrío cálidamente.

Naruto, como siempre, empezó a saltar de la emoción mientras iba directo a abrazar a Tsunade, Lee le estaba dando un discurso en agradecimiento, mientras que Neji y Tenten le sonrieron mientras hacían una reverencia. Todos salieron de la oficina para dejar que la hokage siguiera trabajando.