Harry Potter

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-Isabel, si prestaras un poco más de atención lo agradecería-Susurro Harry a su castaña amiga que estaba sentada a su lado.

-¿Mmm? ¿Qué ocurre?- La joven maga salió de sus ensoñaciones para observar a Harry con una sonrisa.

El de la cicatriz iba a hablar, pero la mano de snape golpeando violentamente el banco lo hizo callar, ambos miraron al molesto profesor que estaba parado delante de ellos.

-Veo que mi clase no le es interesante Jones, cuéntenos a que huele su amortentia- Isabel le sostuvo la mirada a snape por unos segundos, luego tomo el frasco donde había guardado la poción y la olio. Trato de aguantar la risa, pero fue en vano.- ¿Qué es tan gracioso?

-No huele a absolutamente nada-Toda la clase volteo a verla- La poción está bien hecha, usted lo sabe.

-Diez puntos menos para griffindor- Anuncio mirándola una última vez antes de volver al frente y seguir dando la clase.

-¿En serio no oliste nada?- Le pregunto Harry en un susurro con la vista al frente.

-Nada de nada.

-Apuesto a que pori8a hacer que tú me olieras a mí- Volteo a verla con una sonrisa- ¿Quién puede resistirse al elegido?- Hablo en broma el chico, Isabel rio por lo bajo negando con la cabeza.

-Si eso llega a pasar te daré treinta galeones de oro- Harry agrando si sonrisa y negó con la cabeza.

-Haz silencio, si nos escucha otra vez nos hará algo peor- Le advirtió, ambos voltearon al frente y siguieron con la clase, dejando esa conversación como algo completamente trivial.



-Mierda, mierda, mierda, mierda- Isabel iba por los pasillos insultando al aire llevando un pequeño saco que hacia ruidos a cada paso que la chica daba, entro al gran comedor y no miro a nadie, mantuvo su vista fija en el objetivo, lego hacia él y tiro el pequeño saco delante del de sexo masculino.

-¿Qué?- Harry volteo a ver a su amiga extrañado, encontrándose con una Isabel colorada y con el ceño fruncido.

-Cierra la boca, en este momento soy capaz de convertir tu hermosa cara en un garabato- Lo interrumpió ella, se llevó las manos a las cienes y las masajeo- treinta galeones.

Hermaionie que estaba sentada frente a Harry abrió la boca sorprendida al oír a su amiga, rápidamente llevo las manos a su boca, los otros dos integrantes voltearon a ver a la chica aún más confundidos.

-No- Murmuro la de cabellos rebeldes.

-Si- Contesto Isabel suspirando- Sabes que no doy mi dinero así porque si- Isabel estaba dispuesta a irse, conservando su dignidad aunque sea un poco.

-Oh Isabel, veo que ya le diste el dinero a Harry por olerlo en tu amortentia- Dijo la rubia llegando al lado de su compañera, mientras la revencalw suspiraba, despidiéndose de su dignidad, los engranajes en la cabeza de Harry comenzaban a funcionar.

-Si luna, y estaba por salir con la dignidad casi intacta de eso, gracias- Dijo mirando a su amiga- Vamos, necesito algo caliente- No quería estar allí, se volteo y tomo la mano de su amiga para comenzar a arrastrarla a su mesa.

-¡Isabel!- El llamado de Harry la detuvo, se volteo ligeramente ver al de la cicatriz- ¿A qué hora terminas tus clases hoy?

-Mira Harry, no sé si entiendes lo que paso, pero si quieres ir a jugar quiddich pídele a ron o a los gemelos- Contesto ella pasando una mano por su rostro, quería alejarse de ese chico, ya había pasado suficiente vergüenza

-¿Qué? ¡No!- El chico se puso colorado hasta las orejas- Isabel, estoy tratando de pedirte una cita.

-Ohhh- soltó sorprendida la chica.

-¿Entonces?- Insistió el azabache.

-Mi última clase es con Mcgonagall ¿Nos encontramos a las cinco en el lago?- Harry asintió y le dio una pequeña sonrisa. Isabel le devolvió el gesto y camino hacia su mesa junto a su amiga.

-¿Isabel?- Luna vio preocupada a su amiga, la chica se había sentado en completo silencio y comenzado a beber de su taza de café sin parar.

-Acabo de aceptar una cita con Harry-Murmuro en shock una vez que bajo la taza ya vacía. 

One shots 2.0Donde viven las historias. Descúbrelo ahora