Un día jueves después de receso, me dirigí al próximo salón dónde tendría clase y en la butaca que me sentaba había un chocolate y una nota que decía: "Para la niña más hermosa e inteligente de este salón, Mily". Aunque ninguno de mis amigos quiso decirme quién lo había dejado ahí, pude deducir que el protagonista de esto había sido él, así que tomé el chocolate y la nota, salí del salón de clases, aprovechando que aún no llegaba el profesor, me acerqué al bote de basura más próximo y tire el chocolate, proseguí a buscarlo, sabía que debía de estar por ahí cerca, cuando lo ubiqué rompí la nota de tal manera que él se diera cuenta y le dije en un tono de voz burlona: - Así como he roto la nota, deberías romper tus ilusiones de que algún día tú y yo seamos novios, ¡vaya!, ni siquiera como amigos te aceptaría – Proseguí a tomar camino de regreso a mi salón mientras reía por la satisfacción de haberlo humillado nuevamente frente a sus amigos, que por supuesto no dejaban de burlarse de él.
A estas alturas, yo creo que ya se habrán preguntado el nombre de este sujeto, bueno, ahora se los presento, se llama Joseph; es dos años mayor que yo, por tanto, tiene 17 años, su pasatiempo favorito es, sin duda alguna, jugar a enamorar y dañar a las mujeres, digo "mujeres" porque él no perdona edades, anda con menores que él, con algunas de su misma edad, y claro, ¡con mayores que él!
Tiene el ego hasta la cima del monte Everest, no acepta un "no" por respuesta ante sus propuestas, está tan acostumbrado a conquistar a la chica por la que sintió atracción y hasta por la que no, que ante tanta negativa de mi parte, ¡uff! Ya imaginarán el dolor de cabeza que le ocasionaba.
Afortunadamente su acoso físico duró poco tiempo, se rumoraba que había tenido un accidente mientras montaba a caballo y dejo de asistir a mediados del año pasado, justamente cuando el cursaba su tercer y último año de secundaria. En ese tiempo yo formaba parte del grupo de danza folklórica de la escuela, para esto aclaro que he estado en ese grupo desde que ingrese a la secundaria y es que ahí fue donde encontré mi amor hacía la danza; entonces cuando fue la graduación de su generación tuvimos presentación de un bailable y ahí fue la última vez que lo vi. Por un momento y por lo que se sabía, pensé que no asistiría él a la ceremonia y eso me mantenía tranquila; pero después lo vi llegar con collarín y muletas... A decir verdad me fue incomodo, ¡muy incomodo! tuve que bailar frente a él, sentí su mirada clavada sobre mí y en cada vuelta que daba, él intentaba hacer que nuestras miradas coincidieran, lo único bueno que rescato de esa presentación, fue que mi participación no duró mucho. Una vez terminada el número folklórico, me pude retirar de ahí y no lo volví a ver ni por casulialidad.
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EL CLICHÉ DE MI VIDA
Teen FictionBASADA EN HECHOS REALES; LA OTRA CARA DE LA MONEDA DE LOS CLICHÉS. Se dice que algunas de las mejores obras han sido escritas con el corazón roto; Y yo creo firmemente en ello porque es en los momentos en los que más sentimiento podemos plasmar.