Todo a su alrededor es oscuro, la caja no deja traspasar ni el más mínimo rayo de luz. Tan solo hace un par de minutos estaba en la juguetería, feliz porque una señora regordeta lo había comprado junto con otros juguetes, pero ahora no estaba seguro de cuál sería su destino.
Pasados unos minutos se escucha como abren la cajuela del carro en el que los habían metido, era la voz de la señora que los había comprado. Le comentaba a otra persona que había comprado unos hermosos juguetes para la guardería.
En ese momento el pequeño pollito de peluche lo comprendió todo, los habían comprado para una guardería, lo que significaba que habrá muchos niños con los que jugar; Dichoso de su hallazgo aguardo a que la señora Carol abriera la caja para poder jugar con los niños. Al abrir la caja la vio; uno por uno los fue sacando y poniéndolos en los estantes del salón de juegos. Era un lugar muy lindo, las paredes llenas de pinturas y dibujos de los niños, decoraciones de cumpleaños y normas de aula, el tapete de rompecabezas de goma que cubría el suelo, todo era muy colorido; no había visto ningún niño hasta que sonó eltimbre, un sonido ensordecedor que por un momento logro asustarlo. De pronto, entra grupo de niños corriendo en dirección a los estantes, agarrando un juguete como si su vida dependiera de eso.
Sumido en su asombro no se da cuenta que una pecosa niña se le queda viendo con una enorme sonrisa, lo toma de un pie y corre hacia una mesa en la que se encuentran otras niñas jugando con muñecas.
- ¡Miren lo que encontré! - dice emocionada mostrándolesel pollito. Al verlo sonríen emocionadas y empiezan a jugar todos. El pollito estaba dichoso, estaba feliz de que lo hayan llevado a esa guardería porque ahora si podía jugar y divertirse, pero sobretodo lo iban a querer en ese lugar.
Había pasado la mejor tarde de juegos de su vida. Esas niñas lo habían llenado de muchos abrazos y besos, se había divertido muchísimo, incluso se había achantado de que lo pusieran a darle besos a Rebeca, la muñeca de trapo de una de las niñas, habían jugado a la mamá y al papá, y él había sido el papa. Tristemente cuando sonó el timbre de la salida tubo que despedirse de las niñas aunque él quería irse con ellas, pero no se podía, él le pertenece a la guardería y doña Carol no había dejado que Wendy, la niña pecosa, se lo llevara a casa.
Triste Wendy tuvo que dejar al señor Pio, el pollito de peluche, en el estante con los demás juguetes prometiéndole que al día siguiente iría a jugar con él. Resignado a quedarse ahí, espero con ansias que fuera la mañana siguiente para que los niños volvieran.
Así trascurrieron un par de semanas, Wendy iba en la mañana al jardín jugaba con el señor Pio y se iba en la tarde. Todo era perfecto, amaba a Wendy y ella a él. Le entristecía cuando sonaba la campana de salida, era la señal de que ya tenía que irse a su casa y él tenía que quedarse ahí hasta que ella volviera a la mañana siguiente, pero estaba bien, al menos podría jugar con ella todos los días.
Un día Wendy no fue al jardín, según lo que había escuchado Wendy tenia varicela y al parecer no volvería en mucho tiempo. Había días en lo que no jugaba con nadie, ninguno de los otros niños lo sacaba de los estantes para jugar con él. Solo un par de veces en las que un niño gordito con la cara llena de tierra, Lucas, lo sacaba para jugar con otros niños, pero no le gustaba jugar con él pues terminaba lleno de tierra y casi siempre se ponían a pelar por quien jugaba con él y terminaban jalándolo de sus manitas hasta que doña Carol los regañaba y se lo llevaba con ella a la zona de lavandería para quitarle toda la suciedad.
Cada día que pasaba se sentía cada vez peor, quería ver a Wendy, la extrañaba mucho.
Una vez cuando ya todos los niños se habían ido, escucho que Doña Carol le decía a Marisol, Una de las maestras, que Wendy muy pronto volvería a la guardería. No pudo evitar ponerse feliz de saber que volvería a verla, estaba ansioso de poder jugar con ella, quería que el tiempo se pasara rápido para poder estar con ella.
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¡Te amo, Hermoso pollito!
Short Storytodos dirían que la vida en una guardería es algo sencillo. ¿que pasaría si los juguetes de tu infancia tuvieran sentimientos? esos amigos de la infancia con los que tuvimos grandes aventuras llenas de fantasía y emoción. esos amigos que siempr...