La noche es hermosa. La luna brilla junto a las estrellas y hay una ligera brisa fresca...es muy pacífico.
Ahora estoy frente al hogar de mi próximo objetivo. La quería mucho y mi error fue confiar en ella. Me acerco tranquilamente a la puerta y es obvio que esta cerrada con llave, pero eso no va a detenerme, así que situo ambas manos al centro de ella y me concentro.
Mis manos se calientan por un momento y la puerta se abre. No suena ninguna alarma, eso es extraño debo darme prisa hay más personas que me esperan.
Camino sigilosamente a la sala y encuentro la foto familiar mi mejor amiga, sus padres y su hermano mayor. Saco la daga de mi mochila y corto la palma de mi mano, cuando la sangre empieza a fluir y dibujo una pequeña figura en los rostros de ellos.
La sangre desaparece y aparecen las criaturas a mi lado.
— Vayan tras ellos. —digo firmemente, esperaban mi orden.
Mientras ellos van en busca de su presa, el líder comienza a seguirme así que voy a la habitación de Sunny...ella y yo tenemos que hablar, no va a cambiar nada pero tengo que saber.
No se escucha nada, están a la espera de la Primera Sangre para poder atacar.
— Ocultate. — le ordeno.
Y entro a su habitación, ella duerme pacíficamente.
—Sunny, Sunny, despierta. — nada no reacciona.
—Vamos Sunny despierta. — toco su hombro y sigue sin reaccionar.
— No quiera hacer esto — saco la misma daga y a apuñalo en su hombro.
Eso la despierta y trata de gritar pero Ellos le evitan que salga sonido alguno de si boca.
— ¿Por qué?
— ¿Qué? ¿a qué te refieres?
— ¿Por qué les dijiste todos mis secretos? ¿Por qué les ayudaste a tratarme mal? ¿Por qué siempre sabían en donde golpear o que decir para lastimarme?
Mantiene el silencio por un momento, parece estar escogiendo sus palabras.
— ¿Lo hiciste verdad?
— Eso no es importante en este momento...amiga
— No se que quieres que te diga, fue divertido. Ser amiga de la perdedora del instituto, verme como una benefactora a quien no lo importa relacionarse con TÚ tipo de personas, aunque te confesaré que se me fue un poco de las manos y tampoco creía que fueras capaz de invocarlos.
— ¿Todo fue un juego para ti? ¡¿NUESTRA AMISTAD FUE UN JUEGO TODO EL TIEMPO?!
— Sí lo dices de esa manera se ve muy mal.
— ¡Que importa! Sabias que quería intentar el ritual e invocar a los Devoradores, ¿no se te ocurrió advertirles?
— Honestamente, no. ¿Quién cree en esas cosas?
— Pues deberías de haber creído
Y puede ver al Devorador a mi lado, su rostro va transformándose gesto de terror. Por fin entiende que está pasando.
— Perdóname
— Mátala
Ella y yo decimos al mismo tiempo, y es cuando se empiezan a escuchar los gritos de miedo.
Y salgo apresuradamente de la casa...tengo que descansar
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Microrrelatos de terror
Horror¿No tienen miedo? pues deberían. Sufren por el terror a lo desconocido, sabía decisión. Nunca estamos solos, ellos esperan por su oportunidad para....