La casa Handerward

Todo empieza en una lluviosa y tormentosa noche de invierno. Aitor, un joven de 15 años, de edad se perdió en un espeso bosque, intentando refugiarse de la lluvia. Sin rumbo a donde ir, entre los arbustos y arboles mojados encontró un pequeño sendero y sin pensarselo decidió a ver a donde le llevaba. Tras un largo rato caminando llegó a un llano donde los árboles empezaban a estar muertos, sin hojas, como si una terrible maldición les huviese caido. Entre la triste fauna, un relámpago alumbró todo el bosque, haciendo así que Aitor pudiera ver un tejado, que parecía ser de una casa. No se lo podía creer, con la ropa ya empapada y el pelo chorreando, corrió a lo que podría ser su refugio para pasar la terrible noche que tanto le estaba haciendo sufrir. Tras correr poco tiempo llegó a la entrada del edificio. La casa tenia un aspecto antiguo y siniestro. A cada banda de la casa habían unas ventanas grandes y cuadradas con unas cortinas blancas que impedían ver el interior. La puerta parecía muy antigua, de madera y con unos pomos en forma de círculo. El tejado era triangular que cubría la parte superior de la casa. En algunas partes estaba roto y en otras el agua resbalaba muy lentamente. Un trueno seguido de un relámpago hizo que un escalofrío recorriese el cuerpo de Aitor. Este se armó de valor y decidió intentar entrar. Antes de llegar a la puerta vió un cartel que parecía estar quemado que ponía: "La casa Handerward" y subió un par de escalones que crujieron nada mas poner un pie encima de ellos. Tocó a la puerta.

- "Hay alguien?" -preguntó con voz temblorosa-

De repente las puertas de la enorme casa se abrieron dejando ir un escalofriante chirrido que hizo que el chico, se lo pensase dos veces. A sus pies había una ancha alfombra de color granate que conducía al interior de la casa. Aitor decidió entrar. Nada mas poner los dos pies dentro la puerta se cerró de un portazo.

<<"No te preocupes, es todo fruto de tu imaginación, sigue adelante>> -pensó-

El chico caminó entre la oscuridad de la casa, solamente alumbrada por las pequeñas llamas de los candelabros que habían a las bandas.

-"Hola, me llamo Aitor, puedo quedarme esta noche para refugiarme de la tormenta por favor?" - dijo -

Nadie le contestó, parecía que la casa estuviera vacía. Un tercer relámpago, hizo que Aitor se fijase en la estampa familiar que había colgada en la pared del fondo de la casa. En el cuadro habian, un hombre moreno, de ojos oscuros y un bigote, sentado al lado de una mujer de pelo castaño, largo y de ojos claros vestida con la ropa de esa época, una falda oscura y un collar que parecía ser de perlas. Y finalmente una niña pequeña, de pelo corto y negro y ojos oscuros. Vestía con un vestido gris. Ninguno de ellos tenía una sonrisa en la cara. El chico se los quedó mirando fijamente y un trueno hizo que parara de hacerlo. Al final de la alfombra había una ancha escalera que en mitad de esta habían otras dos, una a la derecha y otra a la izquierda. El chico estaba aterrorizado ante la situación que se le presentaba, pero subió la primera escalera y después decidió ir a la derecha. Un silenció retumbaba por toda la casa. Tras cruzar una puerta se quedó asombrado por el interior. Era un gran comedor. En el centro de este se dipositaba una gran y larga mesa, rodeada por varias sillas rojas que parecían ser de terciopelo. Al fondo de la sala habia un fuego a tierra sin encender. Aitor decidió entrar. Tras dar un vistazo al comedor, una llama desprendió del fuego a tierra, como si se huviese encendido solo. El chico estaba aterrado... no se podia creer lo que había visto... Un fuego se ha encendido solo!!!!!! A continuación un escalofrío recorrió el cuerpo de Aitor, pero no era un escalofrío normal... Era como si alguien estuviera muy cerca pero no se le podia ver... Dicen que cuando sientes ese tipo de escalofríos alguien esta cerca. Confundido por la situación, miró a los alrededores pero no habia nadie. Se frotó los ojos y respiró hondo...

<< "Tranquilo, respira, y tranquilizate...">> -pensó suspirando-

Nada mas apartarse las manos de los ojos vió el rostro de una niña pequeña, vestida con un camisón blanco, el pelo corto y ojos oscuros...

El chico se quedó inmobil ante la situación... Como si solo huviese querido ver quien era, la niña desapareció sin mas, dejando un frío y siniestro silencio.

<< "Esa niña... Se parece a la del cuadro de la entrada... No me lo puedo creer!! >>" -pensó aterrorizado

Tras ver a la que parecía ser la niña de la estampa familiar, los nervios y el miedo le recorrian todo su cuerpo haciendo así que una gota de sudor baje por su frente y termine cayendo sobre su mejilla... Ahí ya empezó a pensar que eso ya no era fruto de su imaginación, que lo habia visto con sus propios ojos... Empezó a correr hacia otra habitación al lado izquierdo de la otra escalera. Sin pensarselo dos veces abrió la puerte dejando ir un escalofriante chirrido. Era una habitación infantil. Al fondo se encontraba una cama con las sabanas de color rosa ya descolorido, a la izquierda una mesa y una silla. También en el escritorio, se encontraban una serie de cajones cerrados. Aitor, cerrado por el miedo no se atrevió a hacer nada, pero lo hizo... Empezó a abrir los cajones... No encontró nada excepto una carta que llamó mucho la atención, la cojió y empezó a leer: "Querida Margaret... Se que en todo este tiempo que estado fuera lo has pasado bastante mal, tu sola en casa... Pero bueno, a lo que iba lo que quería decirte es que..."

Cuando estaba a punto de empezar a leer un fuerte zumbido zarandeó la puerta haciendo que el chico se metiese debajo de la vieja cama. La puerta se abrió. Unos pies pequeños cubiertos por unas zapatillas blancas y elegantes empezaron a caminar sigilosamente pero con paso firme por toda la habitación, dejando ver una parte de lo que parecía ser la parte baja de un camisón blanco. Temblando y casi sin respiración, el muchacho seguía ahí, tapándose la boca para no hacer ningún ruido. Esos pies se pararon en frente del escritorio donde Aitor había leído la carta. Tras unos instantes los pies se fueron directamente a la puerta, cerrándola de un portazo. Un escalofrío recorrió el cuerpo de el chico, y se pensó salir de allí abajo, pero no estaba seguro, pero al final, salió. No vió a nadie... Dirigió la mirada al escritorio y la carta tampoco estaba! Perplejo ante la situación miró hacia la puerta y eso es lo que le dejo sin respiración. En la puerta había escrito en lo que parecía sangre: "No sigas o si no yo te seguiré a ti por el resto de tu vida". Sin pensárselo abrió la puerta y vió escrito en las paredes: "No sigas" "No sigas" y el chico iba acelerando cada vez más el paso hasta que un trueno seguido de un relámpago le hizo detenerse. De repente las luces empezaron a parpadear y los muebles a templar... Y fue cuando la niña se le apareció delante de el! -Qqqq... que haaa... haces aqqqqqqqq...aqui? -Preguntó el casi sin poder hablar-

La niña se fue acercando muy lentamente a el y cuando solo estaba a un paso de tocarle, la niña gritó dejando salir un fuerte chirrido que seguido de un trueno hicieron retumbar los oídos de Aitor. El muchacho empezó a correr pero se trompezó con lo que parecía ser una soga. Esa soga estaba justo en el largo pasillo de enfrente de la habitación de la niña.

La tormenta amainó y el sol empezó a salir en el amanecer dejando que brillasen las frias y cristalinas gotas de lluvia que habían en las flores. Aitor abrió la puerta de la enorme casa y sin pensárselo dos veces empezó a correr fuera de ese lugar siniestro y umbrío al que tanto le había hecho sufrir aquella noche. Dejando atrás la casa Handerward, también nos dejamos atrás algunas preguntas: Que terminaba de decir la carta? Margaret era la niña? Debido al escrito de la carta, la niña cogió una soga y decidió acabar con su vida? La carta de quien era? Quien eran los del cuadro? Hay tantas preguntas por resolver...

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Hola soy Ivan, si queréis saber la respuestas a esas preguntas comentad para que haga la continuación de la casa Handerward. Gracias por leerla y espero que os lo hayais pasado de miedo ;)