✧ c.03

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Sus pies apresurados resonaban en los pasillos de la universidad. Nunca antes había dormido tan mal por culpa de unos malditos mensajes.

No por un mal presentimiento al menos. Porque también recuerda haber dormido mal, pero por la emoción que sintió cuando su mejor amigo le dijo que lo amaba por primera vez.

Tuvo la peor noche de todas.

Con todas sus fuerzas esperaba que lo que decían los mensajes hayan sido una mala broma de parte del inverso, así como muchas que le ha jugado.

Su cuerpo sintió un terrible alivio cuando al final de la corrida de casilleros notó al azabache. Se aproximó a él, sus pasos perdiendo la confianza cuando poco a poco divisó la figura de una chica en la pared, entre los brazos del azabache.

Tragó saliva. No por la cercanía, sino por el contacto que sus labios compartían. Así como no sucedió la noche pasada con él.

¿Qué haces besándola a ella cuando es de mí de quien debes enamorarte? Sus ojos vidriosos gritaban sin poder proyectar su voz.

Salió de su ensoñación cuando se dio cuenta del alumnado comenzaba a cruzar por allí. Como si nada hubiera pasado, como si su corazón no se hubiera quebrado aún más (si eso era posible) caminó hacia su casillero que quedaba justo enfrente de la escena que le quitó el aliento.

Se apoyó sólo un segundo en la superficie antes de simular una pequeña sonrisa en su rostro, metiendo libros de su mochila hacia el pequeño espacio disponible.

—Hey, Tae. —Escuchó la voz del inverso tras de sí, pero trató de ignorarlo. Cerró el casillero y tomó su mochila, poniéndola al hombro justo en el instante en que inició su camino en dirección contraria al azabache, el par de ojos negros mirándolo con detenimiento. ―TaeHyung.

Volvió a llamar y quisiera no admitir lo mucho que ansió voltearse, solo para ver si el chico podía notar su dolor.

No pudo tratar de huir cuando fue arrastrado en dirección a un salón desocupado. Cuando fue consiente, estaba a solas con JeongGuk, esa mirada intensa, casi reprochable.

―¿Qué demonios te sucede hoy? ―Inquirió, exigiendo una respuesta.

TaeHyung lo miró a los ojos. Odiaba que actuara de esa manera, como si no supiera lo que está haciendo. ―¿Qué es lo que a ti te sucede?

―No entiendo de que estás hablando. ―Jeon dio un paso al frente. ―Habla más claro.

―Me refiero a que estabas besándola, JeongGuk. ―Respondió el menor, reteniendo las lágrimas que quisieron salir de solo pronunciar aquello. ―¿Olvidaste la situación en la que estás justo ahora? ¿Olvidaste que puedes morir en cualquier momento?

El azabache endureció la mirada.

―No, créeme. No lo he olvidado.

―Entonces ¿qué mierda fue eso?

―No puedo enamorarme de ti, TaeHyung. ―Admitió el mayor. Solo el sabiendo que tanto dolió decir aquella mentira. ―No puedo arruinar nuestra amistad de esa manera.

Los ojos del más pequeño brillaron. Realmente estaba siendo herido nuevamente por la misma persona de todas las demás ocasiones. Asintió.

Sus ojos ayudaron lo que su boca quiso trasmitir cundo pronuncio; ―No debiste tener sexo consigo si no estabas tan seguro en primer lugar. ―Acusó.

Realmente estaba afectado con esa situación.

Sin embargo, el mayor tampoco podía quedarse callado. Como sea debía ganar esa discusión sin que el inverso se entere de que morirá en solo trece días.

The last day ✧ kooktaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora