La mejor versión de mi...

645 100 10
                                    

-¿Podemos vernos?, te prometo que no te quitare mucho tiempo... solo, me gustaría hablar contigo- dijo con una voz apagada, el suspiro del otro lado del teléfono sonó cansado y lastimado. -¿Qué quieres Xichen?, fuiste tú quien dijo que no quería volver a verme, ¿por qué quieres hablar?- contesto esa persona. -Por favor a-Cheng... déjame verte

-No me llames así, porque cuando lo haces solo recuerdo las muchas veces que ese no fue el nombre que salió de tus labios al estar en tus brazos...- sus palabras dolían más que si le hubiesen clavado cuchillos en el pecho, pero él tenía razón. -Sé que no merezco que gastes tu tiempo en mí, pero por favor, te prometo que es importante- fue lo dijo.

-¿Dónde quieres que nos veamos?- pregunto Jiang Cheng. -En nuestra cafetería... te estaré esperando- dijo Xichen con una pequeña sonrisa en los labios pues aun recordaba el día en el que se conocieron en ese mismo lugar...

Era una tarde lluviosa de principios de septiembre, ese día en particular hacia demasiado frío así que había decidido entrar a una cafetería para tomar algo caliente después de ir a trabajar, al parecer no había sido el único en pensar eso pues el lugar se encontraba bastante lleno a excepción de una mesa en el fondo junto a la ventana donde se encontraba un chico increíblemente hermoso, era como si una escultura cobrara vida, tenía el cabello color negro azabache un tanto largo sujeto solo por una cinta color púrpura, en sus manos llevaba un libro, "El increíble castillo vagabundo", uno de los favoritos de Xichen, pero una lectura un tanto extraña para un hombre como él... o al menos eso fue lo que creyó; se dirigió a ordenar su café y tal vez fuera el valor que este le imprimió pues se dirigió directamente a ese hombre.

-¿Puedo sentarme?- fue lo único que pregunto. -La mesa no es mía, aunque tal parece que todos aquí creen que si- la voz de ese hombre casi logró que las piernas de Xichen flaquearan pero tantos años de aprender a controlarse fueron de ayuda.

-¿Quién es tu personaje favorito?- pregunto mientras señalaba el libro en sus manos cuando el desconocido levanto la vista, era una manera muy pobre de iniciar una conversación pero era lo único que se le ocurría. -Sophie... es simplemente heroica- fue todo lo que contesto mientras daba un sorbo a su café.

Y por extraño que pareciera iniciaron una conversación amena usando como pretexto el libro que hace mucho había quedado en el olvido... después de ese día Xichen supo que se había enamorado...

-Ya no es nuestra cafetería, creo que nunca lo fue... te veré ahí en una hora- la voz del otro lo trajo de pronto a la realidad y aunque quería decirle algo el sonido del teléfono al colgar fue todo lo que Xichen pudo escuchar, desconcertado y aun un poco sumido en el recuerdo se dirigió a su habitación a darse una ducha y cambiarse.

-Esta camisa me la regalo a-Cheng... y este perfume era su favorito- dijo mientras se vestía, era una camisa color blanca con algunos patrones de flores... peonias, en las muñecas; un momento después salió de casa para poder verse con la persona que consideraba el amor de su vida.

Llegar le tomo más tiempo del que recordaba... de pronto se dio cuenta que hacía mucho tiempo no iba a ese lugar, tal vez por eso no pudo calcular correctamente el tiempo que le tomaría, al entrar se dio cuenta que esa persona ya lo esperaba, así que corrió a su lado -Lo siento, te hice esperar a-Cheng- dijo con una sonrisa pero el otro solo lo miro tristemente al decir. -Te dije que no es necesario que me llames así... no te disculpes ya estoy acostumbrado a que no llegues a tiempo... después de todo lo supe desde que ni siquiera pudiste llegar a tiempo a nuestro aniversario de bodas, no pedí nada para ti pero puedes ir al mostrador- fue lo que dijo y aunque sonó frío Xichen pudo distinguir la nota de dolor que llevaba su voz, de pronto se encontró en el mostrador sin saber exactamente que pedir, pues la mayoría de las veces que iban juntos fue Wanyin quien ordeno por los dos, así que pidió un simple café latte y fue a sentarse frente al otro hombre.

La mejor versión de miDonde viven las historias. Descúbrelo ahora